EL MEGáFONO)))
› Por Clara Sajnovetzky*
Los psicólogos llaman casas de medio camino a lugares de contención para personas que salen de “establecimientos totales” (como cuarteles, conventos, cárceles o psiquiátricos) a la libertad. Hay una diferencia fuerte entre vivir en un lugar donde se hace todo –trabajar, comer, recibir visitas, estudiar, etc.– en un mismo hábitat que tener que repartir las necesidades vitales en diferentes espacios sociales.
Nosotras ya inauguramos la “Casa de Medio Tiempo” (por donde ya pasaron tres personas e ingresaron otras dos en abril), pero no la llamamos de medio camino, porque a pesar de darles toda la contención que necesitan las ex presas que quieren cambiar tenemos que adaptarnos a las limitaciones de nuestro contexto. La razón es simple: al salir de la cárcel la mayoría de las presas no tienen dónde vivir y están en situación de calle. Cuando traspasan la barrera –que existe literalmente para salir de las cárceles 3 y 31 en Ezeiza– no saben cómo pasar de adentro de la cárcel hacia afuera.
Mientras algunas personas sólo denuncian, gritan, piden pena de muerte o la baja en la edad de la imputabilidad, hay otros/as que están trabajando en silencio. Por ejemplo, la presidenta de la asociación Por la Vuelta Clara, Dra. Beatriz Guarda, o Marta Milione y Abel Spector. Todos ellos, sin cansarse, hacen y rehacen proyectos para bajar el índice de reincidencia, para tratar de insertar a personas que se equivocaron y están cumpliendo condena, para incentivar que las presas y ex presas puedan acceder a una vida digna a través del trabajo. Las mujeres que no trabajan no tienen un proyecto de vida y se vuelven parias del siglo XXI. Por eso, nosotros incentivamos los micro emprendimientos individuales y que las chicas que ya tienen un proyecto en marcha ayuden a las que recién comienzan. Con este objetivo tenemos un convenio de cooperación con el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos.
Pero queremos que esta casa se convierta en un lugar de semilibertad para aquellas mujeres de cárceles federales que estén en condiciones de acceder a una salida laboral y que puedan contar con un lugar donde vivir fuera del penal. Y, de esta manera, puedan trabajar, estudiar y acceder a un tratamiento psicofísico. Pero necesitamos ayuda. Necesitamos manos y, sobre todo, elementos para pintar como yeso, membrana para sellar toldos metálicos, rodillos de lana, espátulas, entonador, fijador, pincélelas, masilla viscosa, etcétera. Entre todos/as podemos levantar casas que nos ayuden a reconstruir la libertad.
Donaciones para la Casa de Medio Tiempo de Por la Vuelta Clara: 1540607340 o al [email protected]
* Fundación por la Vuelta Clara
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