Viernes, 27 de noviembre de 2009 | Hoy
EL MEGáFONO)))
Por Mariana Berlanga *
El feminicidio es el asesinato de una mujer por el hecho de ser mujer. Es símbolo de la impunidad. En 1993 comenzaron a registrarse los primeros hallazgos de cadáveres femeninos con marcas de violencia extrema, localizados en basureros y lotes baldíos en Ciudad Juárez, Chihuahua. Por eso comenzamos a hablar de feminicidio. A la fecha, se estima que existen más de 500 asesinadas y 1000 desaparecidas. La ola de crímenes no sólo no ha sido detenida sino que se ha extendido a otros estados de México.
El problema es cada vez más apremiante. Por eso, el pasado 3 y 4 de agosto se llevó a cabo, en la Ciudad de México, la Primera Reunión de Trabajo de Especialistas en la Dimensión Política, Jurídica y Cultural de la Violencia Sexual en la Frontera Ciudad Juárez, Chihuahua/El Paso, Texas. Patricia Ravelo Blancas y Héctor Domínguez, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología, convocaron a 60 especialista: académicas/os, estudiantes, activistas de los derechos humanos y familiares de víctimas del feminicidio.
“La violencia feminicida es constitutiva de nuestra civilización”, expresó Ana María Martínez de la Escalera al inicio de la reunión, una cuestión que fue permanente punto de debate. Ella agregó que, mientras no se examine ese carácter constitutivo de la violencia, no se podrá argumentar –como lo hacen algunos– el estado de excepción que representa el caso de Ciudad Juárez.
Cecilia Balli (de la Universidad de Texas, en Austin) explicó el problema específico de Ciudad Juárez con lo que llamó una masculinidad emergente: “El hombre retiene y reafirma su masculinidad por medio de la intimidación, del terror y la violencia”, advirtió. Dada la reciente militarización de esta ciudad, Patricia Ravelo y Héctor Domínguez dijeron que en Juárez “el goce es para los hombres de armas”.
El Estado apareció como una figura problemática, pues es la estructura sobre la que están basadas nuestras sociedades, pero, por otra parte, es una figura que “no podemos obviar”, expresó Marcela Lagarde, antropóloga mexicana, quien acuñó el término de feminicidio. En ese mismo sentido, las/os integrantes del Centro para el Desarrollo Integral de la Mujer recordaron que hay tres casos que la Corte Interamericana de Derechos Humanos está por resolver.
Por su parte, Ileana Rodríguez (The Ohio State University) aseguró que “el incesto y el feminicidio son parte de una cultura que tiene un horizonte de violencias”. Para Rita Laura Segato (de la Universidad de Brasilia) para descifrar lo que ocurre en la frontera norte de México hay que entender “la relación entre el perpetrador y sus pares y el mandato violento propio de la masculinidad y sus transposiciones en otras cofradías o hermandades”.
La acción, por tanto, debe realizarse desde todos los frentes: el jurídico, el institucional, pero también desde la movilización ciudadana y el trabajo colaborativo. Sin olvidar que las madres de Juárez fueron las primeras en denunciar y visibilizar el feminicidio.
* Periodista y feminista mexicana. Doctorante en Estudios Latinoamericanos e investigadora de la violencia contra las mujeres y los feminicidios.
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