MONDO FISHION
› Por Victoria Lescano
“Nunca pensé en hacer una fragancia tan enfocada en un tema en concreto pero creo que las emociones que pueden evocar los perfumes son universales”, responde Carolina Herrera hija, cuando le pregunto si luego de hacer un documental sobre la tauromaquia y de haber conquistado y desposado al célebre torero español Miguel Baéz “Litri” consideró idear un perfume visceral en tributo a esa disciplina.
Carolina Herrera, hija, es experta en el apartado perfumes y desarrollos para nuevas generaciones del emporio que su madre venezolana fundó en 1980. Se lanzó a la embestida del mundo perfumero con la creación de 212 –según cuenta, remitiéndose a su extrañeza por los olores y el imaginario de Nueva York– y ahora pone su nariz y la de varios expertos en una nueva fragancia femenina que será lanzada en 2010. En las últimas semanas un comercial que exhibe al frasco del perfume CH Men enfundado en cuero y con un joven dandy arriba de un descapotable rojo circula en alta rotación los medios de comunicación cual si se tratara de un nuevo hit de una banda de rock. El hit en cuestión combina notas de azafrán, de madera de cedro, palisandro, vetiver plus Jazmín Sambac.
Para su desarrollo la diseñadora perfumista hizo una investigación que devino un libro protagonizado por hombres que hacen enunciaciones sobre su relación con los olores. Se impone decir que para tratarse de una princesa de la Quinta Avenida ahora instalada entre la flor y la nata española, el suyo es un emprendimiento cosmético que resulta provocador para los estándares del marketing. “Considero que es necesario recuperar la autenticidad en todo lo que hacemos, incluida la moda y las fragancias. En mi opinión, el marketing debería explorar más los valores reales y huir de las grandes historias sin contenido y los clichés”, desafía la joven Herrera. Los capítulos del libro admiten conversaciones variadas: un enólogo, Telmo Rodríguez, quien habla de su gusto por vinos sin cosmética ni artificios; un noble español, Iñigo de Arteaga, que elogia el porte de la gente desarropada y está en contra del disfraz; el joven director de orquesta ruso Tugan So Kiev, que elogia el olor añejo del teatro de San Petersburgo, y las prédicas del arquitecto Bernard Khoury, radicado en Beirut, sobre su disgusto por las versiones edulcoradas y la belleza estandarizada que supone que el mundo se separa en femenino y masculino.
La convocatoria hecha por CH Junior admitió además a un navegante que pregona volver a las necesidades básicas, un ebanista, Palo Samko, que no se perfuma a diario (“Soy como cualquier obrero, me ducho y voy al trabajo”), el escalador y fotógrafo argentino Tommy Heinrich –trabaja para National Geographic, elogia el olor del polvo y del hielo–. Afirma Carolina Herrera sobre su estudio de campo y de tendencias para dar con los hombres que siguieron el desarrollo del perfume y ahora acompañan su lanzamiento: “Llegué a ellos de varias formas. A Jerome Faillant Dumas –el director de arte de su compañía– y a Iñigo de Arteaga ya los conocía. Hhabía leído acerca de Tommy y Palo en diferentes medios. Como me gusta la arquitectura conocía a Bernard. Telmo es un enólogo muy conocido, y casualmente vivimos muy cerca. Supe de Tugan, el director de orquesta, por un concierto que dio en Viena”.
El CV de CH Jr. indica que nació en Caracas en 1969, que se crió en una estancia, rodeada de flores y animales, venerando la cocina que oficiaba de laboratorio para su abuela. Se formó en la British School, de la que recuerda la dificultad por aprender inglés, hasta que supo cómo pronunciar la palabra pillow –almohada–, justo cuando, a los 12 años, su familia se trasladó a Nueva York y su acento británico hecho en Caracas de pronto adoptó matices y modismos de la clase alta neoyorquina. Ya de adulta, luego de estudios de Bioquímica, ingresó en la industria del cine como ayudante de realización en documentales. Actualmente, además del apartado perfumes, Carolina extendió la labor junto a su madre, participando del diseño de la cadena de tiendas CH, que tiene un local en Buenos Aires –situado en el Patio Bullrich–y también de las colecciones.
¿Qué prendas de la colección CH 2010 considerás afines a las nuevas necesidades y postulados de los que hablan tus perfumes?
–Un chaleco de piel, un abrigo de lana –responde con miras al placard del actual invierno europeo–, bufandas estampadas, botines negros, unos pantalones de tweed anchos. Porque la ropa, como los perfumes, es algo muy personal e individual que puede oler y lucir diferente en distintas personas.
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