Las hermanas Petunia están estancadas en un aeropuerto pero, gracias al show, no despacharon sus instrumentos y como feliz (y ácido) quinteto las circunstancias valen unas notas: cumbia, salsa, bolero, tango, flamenco y chacarera pondrán ritmo a la espera y palabras a más de una situación tragicómica. Porque, en ecuación símil Partrigde Family (en versión cínica y netamente femenina), las muchachas hablarán con el lenguaje de los instrumentos musicales de no querer casarse, las propiedades de los minerales y el apocalipsis, entre otros temas importantes. Todo envuelto en una fórmula ATP, con lugar para la moraleja: Al mal tiempo, buena cara.

“Hermana gemela, compuse una canción sobre nosotras. ¿La cantás conmigo?”, le dice una Petunia a otra que... no se le parece en nada. “No la sé”, le responde ésta, pero termina haciéndose eco en un bolero sobre espermatozoides y óvulos. También habrá tiempo para la veta solista, donde el sueño de un novio telemarketer o el rechazo a un pretendiente pirata están al orden del día. La metáfora floral continúa en el tema “La flor de mi deseo”, donde las hermanitas terror pedirán, romanticonas, “Polinízame, amor”. Flor de rumba. Ni hablar de la reversión coral del punkie “Piñas van, piñas vienen”, de dos minutos, donde los que se entretienen son policías o, como dicen las chicas, “vigilantes de la Federal”.

Oriundas de Floresta, Magdalena Barla, Camila Campodónico, Jessica Dinzelbacher, Mariana Galarza Di Caro y Natalia Guevara ponen piel y voz a Ciertas Petunias, un colorido grupo musical responsable de este Flor de viaje, donde interpretan sus propios arreglos musicales, paseando por géneros, ofreciendo risas varias. Para completar el trabajo, las señoritas suman pequeños pasos coreográficos y un vestuario a tono donde cada una está vestida de un color, dando por resultado una Petunia azul, una Petunia naranja, una Petunia violeta y así, como superheroínas sin más poder que la canción.

En plano histórico, la apuesta músico-teatral del quinteto data de 2005, cuando las chicas se reunieron espontáneamente y les sacaron la ficha a temas de Los Beatles y Gilda; después vendrían las composiciones propias y la comicidad que les valdría el mote de “Les Luthiers con polleras”, aunque con instrumentos formales, valga la aclaración.

En lo concreto, y más allá de las libres asociaciones, algo une a las muchachas con la banda capocómica. Es que del set de temas originales, seis pertenecen a las intérpretes e instrumentistas; las 9 restantes les fueron entregadas en bandeja de plata por Jorge Maronna, cómplice musical de las Petunias, que las escuchó en la Expo de los 40 años de Les Luthiers, en 2007, y les ofreció el manojo de temas que había compuesto con Daniel Samper Pizano (escritor colombiano, autor de “Les Luthiers de la L a la S”). Un verdadero flechazo que terminó de dar forma a Flor de viaje. Antes, con su primer show FraudulentasPorSimilitudConfusionista (así, todo junto), se pasearon por el Maipo Club. Ahora, por el Velma Café. Y en julio, una mezcla del repertorio de ambos espectáculos les servirá de base para presentarse en el ciclo TodoSonidos, en el Centro Argentino de Teatro Ciego, donde darán un recital a oscuras cada domingo a las 18.30 hs; la voz, en primer plano nomás.

Como dicen por ahí, todo gran viaje empieza con un pequeño paso. Pero las chicas con influencias varias (Pink Floyd, Puya, Alice in chains, Fugges, Chico Buarque, Marisa Monte, Leo Maslíah, Tita Merello, etc) prefieren correr y meterle velocidad a la comicidad desprejuiciada y femenina. ¤

Ciertas Petunias presenta Flor de viaje hoy, viernes 25 de junio, en Velma Café (Gorriti 5520).