Viernes, 29 de abril de 2011 | Hoy
MUESTRAS
En su muestra Segunda piel, la joven fotógrafa Victoria Dobaño logra una intimidad tal con sus retratadas que resulta necesario quedarse a solas en la sala para percibir el clima que transmiten las imágenes.
Por Santiago Rial Ungaro
Habría que esperar que todos se vayan de la sala donde están en exposición las imágenes de Segunda piel (la primera muestra de fotos de Victoria Dobaño) para poder disfrutarla en toda su profunda superficialidad. Que los cuerpos, desnudos, apenas iluminados por una tenue luz solar, muestren a solas su imaginería personal; que cada uno de los dibujos y estampados que los caracterizan (manchas de tigresa, salpicaduras de barros y demás marcas elegidas por cada una de las fotografiadas) nos hable personalmente y que podamos entrar en la paradójica intimidad de estas imágenes.
En su primera exposición de fotografías, Victoria Dobaño (fotógrafa y diseñadora textil) logro develar los misterios que revela la piel, una piel que aparece tramada por diversas marcas. “Varias personas me dijeron que les parecía que encontraban belleza en la muestra, pero también algo inquietante.” Lo inquietante en esta muestra curada por Elda Harrington quizá sea esa cualidad única y a la vez universal que late en la piel de cada ser. Victoria cita a Jean Baudillard y habla de los textos sobre el intercambio simbólico y la muerte del pensador francés: “Toda la historia actual del cuerpo es la de la su demarcación, de la red de marcas y de signos que lo cuadriculan, lo parcelan, lo niegan en su diferencia y su ambivalencia radical para organizarlo en un material estructural de intercambio/signo”.
Claro que el intercambio que busca Victoria no es el de las mercancía, sino el del regalo: así como estos cuerpos femeninos se le ofrecieron a la mirada de Victoria, estas imágenes de algún modo también son una ofrenda a estos mismos cuerpos amados.
“Creo que en esta muestra eternizo mi amistad con ellas. En la inauguración estaban todas, y te juro que para mí eso fue muy importante.” Hay algo secreto, a veces sutil, otras tercamente furioso en estos trazos que laten en la piel y en esos dibujos que Victoria imprimió sobre la piel de sus retratadas.
“Yo me recibí de diseñadora textil. Y todo lo que tiene que ver con diseños de telas, de materiales, estampados y colores me interesa. A mí en esta muestra me interesaba unir el diseño textil y la fotografía. Y la verdad es que las ideas de Baudillard sobre la economía del cuerpo me ayudaron: así como cada una eligió una textura, yo siempre pienso que la manera en que nos vestimos y nos mostramos al mundo dice muchísimo de nosotros. Y lo mismo sucede con nuestra piel, que también expresa algo de cada uno. Por eso pensé que estaría bueno que cada una elija el dibujo que quería tener impreso en su cuerpo.”
Victoria tiene como referentes a dos fotógrafas que comparten esa sutil y esquiva búsqueda de captar con las imágenes del lente la esencia de los seres retratados: “A mí me encanta gente como Francesca Woodman, que a los 22 años se suicidó porque decía que no quería arruinar lo que había hecho hasta ese momento en su vida, o Brooke Shaden: sus autorretratos tiene algo surrealista que me fascina”.
No es casual que sus influencias sean fotógrafas y escritoras (Victoria nombra a Alejandra Pizarnik, Clarice Lispector, Simone de Beauvoir y a Virginia Wolf). Todas mujeres. Una cuestión de piel, que le dicen. O de pieles.
La verdad es que sorprende la calidad de cada detalle de esta producción, sobre todo siendo esta su primera muestra. “Para mí es simple: lo hago bien o no lo hago. Y estoy muy contenta con la muestra y con el Centro Cultural, aunque no te dan mucha bola: tuve que limpiar hasta las ventanas, que tenían una suciedad terrible. Y también el cubo que sirve de banco para las postales. Fui con CIF y lo limpié todo: la gente del lugar debe haber pensado que estoy totalmente loca, se ríe”.
Sobre ese mismo cubo, amorosamente limpiado para la ocasión, alguien le dejó a Victoria, en el cuaderno para los visitantes, una frase de Paul Valery: “Nada más profundo que la piel”.
* La muestra Segunda piel de Victoria Dobaño se podrá visitar hasta mañana, 30 de abril, de 14 a 21 en el Espacio Central, Planta Baja 3, del C. C. Recoleta, Junín 1930 (gratis).
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