POLíTICA
Son bisnietas de la generación de mujeres de Eva Perón, nacieron en democracia, algunas en hogares peronistas. Trabajan y militan en gremios agrupados en la CGT e integran la Juventud Sindical. Plantean como reivindicaciones de género centrales la capacitación gremial y política y la equidad en el reparto de tareas en la familia; aunque tienen una visión poco crítica sobre la falta de representación de las mujeres en los gremios. Ellas apenas se distinguen en las movilizaciones y están ausentes en los palcos de autoridades; algunas razones para estas ausencias pueden rastrearse en esta nota.
› Por Noemi Ciollaro
Ninguna llega a los 35 años. Casadas, solteras, separadas, con o sin hijos, se desempeñan como delegadas, ocupan cargos y forman parte de la juventud que desde distintas corrientes nacionales irrumpe en la política y el sindicalismo argentino a partir de 2003 y más marcadamente tras la muerte de Néstor Kirchner.
Micaela Ruiz (26), soltera; Sindicato Obreros Marítimos Unidos (SOMU), Secretaría de la Mujer. Verónica Alegre (33), divorciada, una hija; Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA); delegada de Lan. Virginia Rey (31), soltera; Sindicato Argentino de Televisión Servicios Audiovisuales (Satsaid), delegada de Direct TV y delegada congresal del sindicato. Celeste Lazo (32), casada, 2 hijos, responsable del armado del Sindicato Unico de Trabajadores de Atención Telefónica (Sutat) y delegada de un call center en Mar del Plata.
Reunidas con Las12 las sindicalistas hablaron de sus convicciones e inquietudes, previo comentario sobre el discurso de la Presidenta en José C. Paz, producido poco antes de la entrevista con la cronista.
Verónica (AAA): Me impresiona Cristina como mujer, por su fortaleza, su garra, su capacidad, claro que está dando todo lo que tiene y después de haber perdido a Néstor, un golpe personal inmenso. Pero lo que no te mata te fortalece y ella tiene un empuje formidable. Sí, pide tranquilidad, y es muy natural que así sea.
Celeste (Sutat): Es comprensible el discurso de la Presidenta, creo que las y los trabajadores tenemos que empezar a ver al gremialismo como un factor de poder y obrar con responsabilidad. También hay que entender los reclamos y analizarlos como el efecto de una causa, que en muchos de los casos es la opresión patronal, a pesar de que se está dando un crecimiento económico importante. Las empresas concentran muchas riquezas y los que las generamos somos nosotros y es lógico y justo que tengamos participación. Eso provoca conflictos gremiales que a veces no se pueden manejar y terminan perjudicando a la sociedad. Por eso es entendible el discurso de Cristina y hay que revisar caso por caso.
Las chicas –integrantes de la Juventud Sindical encabezada por Facundo Moyano– apoyan la candidatura de Cristina para las elecciones de octubre próximo, y señalaron que “lo hacemos desde la acción. No hemos dejado de acompañar este modelo, primero con Néstor y ahora con Cristina. Este proyecto nacional es el que nos garantiza la dignidad como mujeres y hombres trabajadores y por eso lo acompañamos. La única candidata que puede asegurar la continuidad de este proyecto es Cristina”.
Verónica (AAA): También pasa que muchos medios de difusión lo complican todo, exageran y confunden a la gente. A los trabajadores no nos gustan las medidas de fuerza, pero a veces no hay otra forma de hacer los reclamos.
Hubo un tiempo en que las escasas mujeres gremialistas que se conocían aparecían de alguna manera masculinizadas en su aspecto, lenguaje y estilo. En muchos casos, se producía una mimetización con los hombres que era algo así como un peaje a pagar por ocupar un espacio de decisión y conducción. Lejos de eso, las chicas de la JS no se privan de su propio estilo, informal y directo es sus apreciaciones. La pregunta es si también cambiaron las cuestiones de fondo y si se incrementó su participación y representación.
Virginia (Satsaid): A esta altura yo creo que la no inserción de la mujer en estructuras políticas o gremiales se da por razones culturales, no es rechazo de las organizaciones gremiales hacia las mujeres, sino mandatos culturales. Pero en la Juventud Sindical no tenemos el tema del género como un problema en sí mismo y me parece un avance porque creo que la contradicción central para nosotros, nuestra pelea actual es la defensa de este modelo que inició Néstor, y que profundiza Cristina, de inclusión y justicia social. El corte social es la injusticia, claro que la inequidad de género también existe.
Verónica (AAA): Yo soy delegada de 450 tripulantes de la empresa de aviación Lan, nos dividimos en delegados por empresa, la nómina total de tripulantes en la Argentina es de 3000 aproximadamente y más del 50 por ciento somos mujeres. Hace ya bastantes años Aeronavegantes logró una reivindicación de género enorme, el tema de que las mujeres pudiéramos ocupar el puesto de comisario de abordo, antiguamente sólo un hombre podía tener ese cargo. Yo soy de la nueva generación que no tuvo que pasar por esa discriminación, soy jefa de cabina desde los 21, y empecé a los 18. Para mí el cupo de género, está bien que se respete pero eso tiene que ser un piso, no el techo. El nuestro es un gremio que supera ampliamente el cupo femenino, quizá por eso no tenemos Secretaría de la Mujer, pero sí tenemos una representante en la Secretaria de la Mujer de la ITF, la Federación Internacional del Trabajadores del Transporte. El lugar de la mujer nos lo damos solas por convicción, por trabajo, por militancia, y tenemos el tema de la doble función porque muchas somos madres y amas de casa.
La cuestión cultural y cierto prejuicio acerca de la mujer sindicalista, sumada a las dificultades familiares y de pareja, aparecen como centrales a pesar de los avances logrados en los últimos años.
Micaela (SOMU): Mi caso es un poco distinto, soy marinera y no somos tantas las marítimas, somos un 30 por ciento de mujeres embarcadas y hay alrededor de 15 mil afiliados. Mi labor en el gremio al frente de la Secretaría de la Mujer es lograr que las mujeres tengamos más participación, que nos sintamos realmente representadas en el gremio. Siempre como mujeres tenemos una doble función y tiene que ver mucho de dónde viene una, en mi caso para mí siempre fue moneda corriente el sindicalismo, mi papá militó toda la vida y es gremialista desde hace años. Yo me crié en el SOMU, para mí no es atípico decir que estoy en el gremio, es totalmente normal, a diferencia de un montón de otras compañeras que a veces yo las entiendo; por ejemplo cuando les dicen a los maridos “me voy al gremio”, todavía hace ruido, está medio mal visto, aunque parezca mentira y es un período que hay que atravesar para que sea algo común y corriente y no genere tanto choque. De a poco se va revirtiendo. Las mujeres tenemos que estar demostrando nuestras convicciones y capacidades todo el tiempo, eso todavía es así.
Verónica (AAA): El acompañamiento del hombre es muy importante. Yo soy divorciada, mi ex marido es un excelente padre, me llevo muy bien con él, es el padre de mi hija, pero era un problemita, me llamaban por teléfono, tenía que hacer cosas y la frase era “dejá todo eso... para qué estás con eso” y lo decía por mi tarea gremial, y no entendía que es mi vocación, que lo hago naturalmente; es muy importante el acompañamiento del hombre, tener un compañero, si no, mejor estar sola. Nuestro trabajo muchas veces implica cumplir postas, que es pasar la noche en el destino al que se voló, o sea estar fuera de casa. Las compañeras de Austral han conseguido un beneficio en este sentido, no hacen postas, pasan todas las noches en sus casas. Pero nuestros hijos se acostumbran a las postas, en cambio con las parejas es más difícil. Es muy difícil que compartan el trabajo de la casa y el cuidado de los chicos equitativamente. Estoy convencida de que son resabios del patriarcado y que la educación cumple un papel fundamental en este sentido: y me refiero a la igualdad entre el hombre y la mujer en lo que hace a las tareas de la casa. Las mujeres hemos avanzado mucho en lo profesional, pero en lo doméstico creo que no. Ser mujer gremialista no es sencillo si la pareja o marido no está en la misma. Para ellos el tema de la ropa, la comida, la limpieza, no es su tema, pero que las mujeres aporten un buen salario a la familia no les parece malo.
Celeste (Sutat): Yo soy delegada de base en Mar del Plata de los trabajadores de un call center, somos alrededor de 600, con un 60 por ciento de mujeres, tengo como compañeros a dos delegados hombres, y en nuestro caso creo que los temas de género han ido progresando bastante. Nuestro sindicato, Sutat, está en formación, a punto de ser aprobado por el Ministerio de Trabajo donde ya tiene número de expediente. Nuestra tarea como delegadas es la misma de los hombres, alcanzar la dignidad de todos, tomar conciencia de base y plasmar el legado de Néstor y Cristina, y de Hugo en la CGT.
Virginia (Satsaid): Objetivamente el mercado de trabajo para la mujer no es el mismo que para el hombre, la desocupación es más alta entre nosotras que entre los hombres, el promedio de ellos es 7.8, pero las mujeres tenemos un 9.1, según datos del Ministerio. Lo mismo ocurre con el trabajo registrado, las mujeres somos muchas más en el no registrado. Lo que nosotros hacemos en el Satsaid donde tenemos bastantes problemas con las productoras que tienen mucha gente en forma irregular, es llevar adelante campañas muy fuertes por el trabajo registrado que claramente afecta más a las mujeres, pero el eje de esa reivindicación nos abarca a todos, mujeres y hombres. Lo que sí hacemos desde la Secretaría de la Mujer es campañas contra la violencia de género y la igualdad, hemos filmado spots con Telefe incluso.
Las jóvenes sindicalistas subrayan que el reclamo de las mujeres de sus gremios es la capacitación. Sin duda, dicen, la imagen de Cristina Kirchner ha influido mucho en esta necesidad, su capacidad política e intelectual es la que le permite a ella y a otras mujeres latinoamericanas acceder a los puestos máximos de conducción. Afirman que las mujeres tienen un gran rol que cumplir en el sindicalismo de hoy y del futuro, y sonríen cuando se les pregunta si piensan que podrán acceder al palco de la CGT en algún encuentro como el del 29 de abril pasado.
Micaela (SOMU): Nosotras militamos para transformar la realidad, no para ocupar cargos o estar en el palco, además era un acto de la CGT. No de la Juventud Sindical, Facundo nos representaba en el palco.
Celeste (Sutat): Bueno, hay sindicatos que son casi exclusivamente de hombres, Camioneros por ejemplo, aunque en Mar del Plata la adjunta de Camioneros es mujer; obviamente hay pocas mujeres en determinadas actividades porque la casi totalidad de afiliados son hombres.
Virginia (Satsaid): Igual la CGT tiene la Secretaría de Equidad de Género, al frente de la que está la compañera Nora Ruiz. Todos sabemos que hay sindicatos más democráticos que otros, y no sólo en torno a cuestiones de género sino en todo. Las que nos reunimos alrededor de Hugo Moyano, y en este caso la Juventud Sindical, podemos decir que somos de los más democráticos en términos generales, esto tiene que ver con la democratización de las estructuras sindicales. Yo creo que nosotras tenemos igualdad de oportunidades, creo que finalmente no se trata de que mañana en el palco de la CGT haya mitad hombres y mitad mujeres, sino de que lleguen las y los más representativos, los mejores cuadros políticos. Además es muy importante el corte generacional, la igualdad de oportunidades de hoy no es la misma que hace 20 años, lo dicen las compañeras de más edad que hoy están en la comisiones internas. Es muy distinto a lo que ocurría hace dos décadas. Hoy partimos de un piso que para las compañeras mayores era inimaginable.
Aceptan que tanto a nivel gremial como político las agrupaciones, corrientes y líneas internas llevan nombres de hombre: La Cámpora, la Cooke, la Walsh, la Jauretche, la Scalabrini, como ejemplo es bastante; a salvo quedan las que enarbolan el nombre de Evita. Por qué no una agrupación o corriente Alicia Eguren, por citar sólo un caso.
Virginia (Satsaid): Sí, es cierto, hay una película hermosa de Cooke y Eguren; pero creo que ahí tuvo que ver mucho la dictadura, las mujeres fueron el 30 por ciento de los desaparecidos. Retornó a la mujer al rol de madre y ama de casa meramente, no lo digo en sentido peyorativo, sino que se la volvió a encasillar, a encerrar en la función tradicional.
Atribuyen una parte importante de la invisibilidad de las mujeres gremialistas en los ’80 y ’90, a la desmovilización impulsada desde la política y a la menemización que tiñó a grandes sectores de la sociedad y a sus referentes.
Micaela (SOMU): Esto tiene que ver con los gremios más o menos democráticos y sus procesos. El MTA (Movimiento de los Trabajadores Argentinos) fue durante el menemismo un lugar de resistencia, y antes de lucha contra la dictadura y la entrega de los trabajadores; pero recordá lo que eran los Gordos, o las mujeres menemistas, la tapa de Noticias con la Alsogaray, la secretaria de Medio Ambiente con el bicho muerto alrededor del cuello...
Celeste (Sutat): Bueno, ves, los sindicatos neoliberales, los Gordos, son mucho más machistas, ellos lo que piensan es en engordar su propia caja y nada más. En la Secretaría de la Mujer de Comercio, en Mar del Plata, hacen cursos de estampado de tela, bordado, labores, viste. No hay interés en capacitar, en adquirir y mejorar herramientas gremiales para que los delegados representen mejor a los trabajadores, es peor que los métodos de hace 40 años. La caja se engorda manteniendo quietito y lejos al trabajador e idiotizando a las mujeres del gremio. Y cuantos menos beneficios atractivos ofrezco, menos se acercan. Cuando en los call center dependíamos de Comercio, las compañeras me pedían volantes y yo no los llevaba, para qué, para que fueran a hacer cursos de manualidades. Eso sí, a las afiliadas le dan un descuento de dos pesos en la peluquería, un año de pañales gratis o la lata de leche... nosotros preferimos un salario que nos permita comprar los pañales con tranquilidad y tener otros beneficios. Esas sí son estructuras machistas. Por eso nosotros insistimos en la capacitación, en el acceso a más y mejores instrumentos.
Virginia (Satsaid): Lo que yo estoy viendo en mi gremio, donde también tenemos Secretaría de la Mujer, es que lo que piden las compañeras es más formación política. Nosotras tenemos muchas mujeres delegadas y esto también se vincula a lo que venimos hablando hoy sobre las cuestiones culturales, porque ocurre que si sos madre, o jefa de hora, por ahí arrancás un toque más atrás que los hombres en cuanto a la formación y lo que piden es esa formación como parte de la igualdad de condiciones y de posibilidades respecto de los compañeros.
“Se despertó la conciencia, cuando caen las vendas y se empieza a ver que el bien común se construye entre todas es cuando realmente las compañeras se quieren integrar, y esto es algo muy importante que estamos haciendo desde la Juventud Sindical, que es muy otra que la de hace 20 años atrás”, subrayan.
Verónica (AAA): La Juventud Sindical está renovada, la JS que va a la Plaza de Mayo los 24 de marzo, no es la de hace 20 años, ¿no? Facundo es un joven con coraje y fortaleza; somos jóvenes, evolucionamos, no nos podemos quedar con las peleas del pasado, del pasado aprendemos para no cometer los mismos errores, seguramente tendremos otros, pero no ésos.
Virginia (Satsaid): Entendemos también que hay otros sectores juveniles con los cuales coordinamos, podemos tener alguna diferencia, pero nos centramos en trabajar todos por la profundización del modelo. Concretamente es lo que hacemos con los compañeros del Movimiento Evita, con la organización de los compañeros desocupados en los barrios bonaerenses, son trabajadores que circunstancialmente no tienen trabajo. Es importante que las organizaciones gremiales lo asuman y desde la Juventud Sindical hemos tomado esa posta. Esto está atado al contexto histórico y a la etapa que se inicia en el 2003.
Celeste (Sutat): Se están generando espacios de discusión política en los territorios, con quien sea, con los chicos de Descamisados, con la Cámpora, con los del Movimiento Evita, y trabajamos mesas en conjunto hasta donde podemos pelearnos a veces, pero a la hora de estar en el territorio estamos todos juntos porque entendemos que es eso, porque no hay otra. Con los últimos 20 años, si una mira lo que hay fue el vaciamiento en todo sentido, del pensamiento propio, de la militancia, el no involucrarte, las malas palabras que eran la política y el sindicalismo.
Micaela (SOMU): Con la toma de conciencia hemos podido empezar a generar los cambios, nada más alejado de eso que dicen algunos periodistas oligarcas de que la juventud está perdida.
Indudablemente, las entrevistadas pertenecen a gremios de servicios, sería interesante saber si en los sectores de la producción se dan los mismos procesos, si el reloj sindical adelanta o atrasa para aquellas mujeres a las que las letras del tango llamaban “las fabriqueras”. Queda pendiente la respuesta.
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