Viernes, 15 de julio de 2011 | Hoy
COSAS MARAVILLOSAS
Un mismo director para dos obras que abordan los miedos y las fantasías. Se recomienda a padres y madres verlas acompañadas de sus hijos y/o hijas.
Por Sonia Jaroslavsky
Martín Lavini, actor y director, hace varios años que se dedica al teatro infantil. Orgulloso cuenta que cree que se necesitan artistas que se dediquen específicamente a pensar en este género y hacerlo crecer en calidad. En el 2008 estrenó Una historia macanuda, basada en las historietas Macanudo, de Ricardo Liniers Siri, que la reestrenan por pedido del público en el teatro El Tinglado y está dirigida para niños de tres años en adelante. Toda la estética está inspirada en los dibujos de Liniers y en sus personajes: la escenografía reproduce escenarios dibujados, y está fragmentada haciendo alusión a la manera de narrar de las historietas, de a cuadritos. Plantea dos grandes mundos, el real y el imaginario. Además, con su grupo Jorobados estrenarán, en el Centro Cultural Adán Buenosayres del Parque Chacabuco y a la gorra, Con la piel de gallina, una de terror para chicos, valientes, de 5 a 12 años. Este espectáculo utiliza recursos técnicos al estilo de “Terror Z” o bizarro y explotan así los juegos de sombras y oscuridad y la música como generadora de climas enrarecidos.
Una historia macanuda es la historia de Martincito, un niño al que le cuesta relacionarse con otros niños y se divierte dibujando. Por esto es el blanco de las bromas de los demás. A pesar de causarle problemas, su cuaderno le permite crear el mundo mágico en el que viven sus amigos imaginarios. El día de su cumpleaños, se pelea con su papá y por un suceso mágico se encontrará habitando el mundo que tanto anhela rodeado de los personajes que él mismo creó. Pero algo no está bien en ese mundo mágico. A partir de eso, Martincito junto con sus amigos buscarán la solución al problema.
Con la piel de gallina narra la historia de un grupo de actores que el día del estreno de su obra, y encontrándose en el momento de comenzar la función, son víctimas de un apagón de luz en el teatro que les impide continuar. Mauro, actor protagónico de la obra, que tiene la particularidad de ser un poco egocéntrico, está muy enojado, ya que el público no podrá disfrutar de ella, y sobre todo de su trabajo. La irrupción de Ramón, el electricista del teatro, quien parece que pondrá fin a todo el problema, no hace más que complicar las cosas. Ramón trae una noticia inesperada para el elenco: la obra que intentan hacer está maldita y no podrán continuar, si lo hacen, irán desapareciendo uno a uno.
Los dos espectáculos tienen la particularidad de abordar ciertos conflictos por los que atraviesan los niños y niñas en determinadas edades. Afirma Martín Lavini que “todas las obras del grupo Jorobados intentan pararse sobre alguna problemática específica de los chicos. En un espectáculo anterior, Jorobados, relato de una noche de Reyes, nos preguntamos por qué los niños van perdiendo cada vez más su capacidad lúdica e imaginativa. En Una historia macanuda trabajamos sobre la dificultad de adaptación al entorno de juego con otros niños. Y Con la piel de gallina se dispara desde la siguiente pregunta: ‘¿Por qué los padres asustan a sus hijos?’ y más profundamente trabajamos sobre el miedo como mecanismo de control. Si bien la intención no es pedagógica, creemos que es importante mostrar a los chicos (y a los padres y madres) los mecanismos sobre los que trabaja el miedo y algunas consecuencias y alternativas posibles a esto”.
Con relación al trabajo con los actores en muchísimas obras se suele ver una actuación que emula lo aniñado y en este sentido el director sostiene que la mirada del grupo es bastante descontracturada al respecto: “A veces, para que lo relatado sea aceptado por los niños como parte de su problemática necesitamos que el actor ‘juegue a ser un niño’, obviamente no siempre. Pero cuando esto sucede, lo primero que hacemos es hacernos cargo de la situación y romper de a ratos el personaje para mostrar el adulto detrás, los chicos agradecen esto. Yo no creo que un actor no pueda actuar de niño, crecí viendo El Chavo, y no recuerdo sentirme decepcionado al descubrir a los adultos que había detrás, es más, mi recuerdo es haber sido siempre consciente de esto y aceptar de algún modo el juego que se me proponía. Creo que el actor deberá simplemente poner sus aptitudes al servicio de esta construcción sin prejuzgar o hacer la ‘maquieta’”.
Una historia macanuda. Desde el lunes 25 al domingo 31, siempre a las 17. Teatro El Tinglado. Mario Bravo 948. 48631188. $ 40.
Con la piel de gallina, una de terror para chicos. En julio: los días 16, 20, 21, 22, 23, 24 a las 17. Centro Cultural Adán Buenosayres. Av. Asamblea 1200 o Eva Perón 1400, en medio del Parque Chacabuco. A la gorra.
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