Remitiéndose a la obra de Marcel Duchamp, y más precisamente a su “Portable Museum”, una selección de sus obras más importantes contenidas en un gabinete, la arquitecta Delfina Muñiz Barreto, la psicóloga Delfina Braun y Facundo de Falco, ejecutivo de la tienda Malba, idearon una tienda conceptual en Gurruchaga 1744.

Se llama Kabinett y en su pequeña y estilizada superficie blanca hace honor al imaginario de una “habitación privada que alberga libros y obras de arte” —según reza la acepción de gabinete—. Un miércoles por la noche los asistentes a su inauguración brindaron en la vereda calefaccionada para la ocasión.

Lo primero que vislumbra quien ingresa al tal gabinete de diseño es una silla voladora y multicolor de una serie limitada de diez realizada por Marta Minujin, con una bicicleta zen provista de un canasto y de almohadones con el sello de Tramando, una pared atiborrada de discos de vinilo y también con el nuevo objeto de deseo en tiendas de todo el mundo: las reediciones de las bandejas de discos en tamaño pequeño y contenida en una valijita transportable. Sin duda Duchamp la hubiese sublimado cual pieza arty.

En los exhibidores se suman radios de madera que recrean morfologías de las añejas de baquelita y auriculares en tamaño XL. En conjunto pareciera que con sus modismos vintage predicasen un regreso a los años treinta y cincuenta, y una contrarrevolución ante tanto culto a los gadgets digitales.

En el apartado moda irrumpen prendas de edición limitada de Manuel Brandazza, buzos con lisérgicas estampas-tops con desarrollos textiles de Martín Churba y camperas de cuero de Hermanos Estebecorena. Asoma también una línea de botas de gamuza con tintes de colores que desarrolla una diseñadora inglesa radicada en la Argentina. Hay además una línea de gafas neoyorquina, Moscott, que fue probada por todas y todos los asistentes al cóctel. Contiene un rincón para obras de pequeño formato: Delia Cancela Andrés Toro, Nicolás Goldberg, Guillermo Faivovich, Juan Becú, Javier Barilaro, Vicente Grondona y Fernando Brizuela. Cobija además una selección de libros de arte, diseño, arquitectura, fotografía y moda.

Del lado del diseño industrial, hay referentes locales: Federico Churba, Pedro Reisig Vaca Valiente, Leandro Laurencena y Maximiliano Cifuni, Alejandro Sticotti, Diana Cabezas, Cristian Mohaded y Solantu. Del diseño internacional, jóvenes emergentes tales como David Weeks, Harry Allen, Jonas Damon, Karl Zahn, Brendan Ravenhill, Singgih Kartono. De las bios de los diseñadores foráneos cautivan las prédicas de rescates de artes y oficios del diseñador Singgih Kartono, quien realizó guarderías entre plantaciones de árboles y obtuvo un codiciado galardón en Tokio. Su mirada está emparentada con la devoción por la carpintería de Brendan Ravenhill, quien desde sus diseños exalta las herramientas más rudimentarias.

Sobre las señas particulares de esta pequeña tienda consagrada al diseño, dice Facundo de Falco: “Kabinett es un concept store, pero no es uno más, ya que suma un concepto particular, la premisa de un pequeño museo portátil que compila las mejores piezas de arte y de diseño. Los referentes para el proyecto fueron claramente Colette (tienda parisina que desde hace una década pregona la realización de ediciones limitadas de diseño y divulga obras de nuevos referentes y de consagrados y en su sótano contiene un exótico bar de aguas de todo el mundo), Merci, Droog y The Fozen Fountaine”.

Consultado acerca de posibles analogías con la tienda Malba, sentencia: “Kabinett es una propuesta conceptualmente diferente a Tiendamalba, acá el eje conductor de la selección está atravesado por la tendencia local e internacional, mientras que allí se trabaja estrictamente con aspectos formales del diseño latinoamericano. Creo que el horizonte de Kabinett está más relacionado a la moda y la tendencia”. ¿Pero cuáles son las piezas más codiciadas de este simulacro de museo portable? Uno de sus fundadores no vacila en elogiar: “Contiene una criteriosa selección de productos de distintos ámbitos y propone un estilo de vida, desde qué leer a qué música escuchar. Considero que acompaña los diversos aspectos estéticos que rodean la vida de una persona”, concluye.