Vie 22.07.2011
las12

COSAS MARAVILLOSAS

No puedo dormir

Para chicos de 0 a 99 que todavía no descubrieron el placer de dormir a solas con sus propios sueños.

› Por Sonia Jaroslavsky

En La hora de no dormir, una mamá (Vanina Said) intenta de mil y una maneras hacer dormir a su hijita Luly (Belén Ucar), pero parece no conseguirlo. En esta noche larga se desplegarán canciones, bailes, juegos, cuentos e historias de miedo. ¿La madre logrará hacer dormir a su hija?

Anahí Berneri, directora y guionista cinematográfica de reconocidos films como Un año sin amor (2005); Encarnación (2007) y Por tu culpa (2010), explora desde hace pocos años el formato teatral. Primero fue con Nelidora, un texto de Santiago Loza que se presentó en el Centro Cultural Ricardo Rojas en 2008, y ahora lo hace con el infantil. Para Anahí Berneri, pasar del cine al teatro es una forma de explorar más intensamente el trabajo con los actores: “Es una tarea que disfruto enormemente y que en el cine siempre me resulta acotada por el tiempo y la metodología de trabajo. Por otra parte, el teatro me libera de prejuicios, siempre quise trabajar para el público infantil, tengo dos hijos que me lo reclamaban y, en mi caso, la crianza fue muy movilizadora y creativa. Esta obra la escribí en forma paralela a mi última película, Por tu culpa, y de alguna forma hablan de lo mismo, pero están destinadas a distinto público. Tratan de lo difícil que nos resulta poner límites a los padres de mi generación, la que nació en los ’70”.

La hora de no dormir está llena de influencias y referencias que van desde el clásico cuento de Caperucita Roja que estructura parte del relato de la obra sin negar los dibujitos animados como Los Simpson, Bob Esponja y el Topo Gigio. “Además —cuenta Berneri—, la obra alude en forma constante a personajes, frases y situaciones del cine y la TV de la actualidad, y algunos que nuestros hijos no conocieron y que nos transportan a los padres a nuestra propia infancia: Leo Masliah, Pipo Pescador o Hugo Midón. No creo que sea necesario estar en contra de la ‘cultura masiva’ para ser didácticos y despertar intereses en los chicos sino todo lo contrario. El personaje de la madre, por ejemplo, tiene ciertas reminiscencias de Mary Poppins, es una ‘mamá pulpo’ que carga en sus tentáculos todo un arsenal dedicado a la crianza de su hija, incluyendo un reloj hipnotizador y una varita mágica para cuando se acaban los recursos. Aunque en realidad su niña sólo necesite un abrazo y una caricia para volver a la cama. Con Vanina Said trabajamos con la idea de una mamá culposa y a la vez muy Susanita, que sueña con tener un hogar y una hija con autobrillo. El trabajo con las actrices fue, principalmente, conectarnos con nuestra propia infancia.”

La estética el espectáculo la ideó Berneri junto a Alita Olivari, artista plástica a cargo de bellas ilustraciones y de la escenografía. “Todos los dibujos que se ven en pantalla, tanto como la escenografía y utilería, están basados en esculturas y acuarelas que forman parte de su obra. Su trabajo indaga el universo infantil de una forma crítica a la publicidad y la cultura de masas, algo que también intento provocar con la obra. La pantalla sirve por momentos de escenografía y en otras juega como una ventana al universo imaginario de Luly.” El vestuario, íntegramente pintado con marcadores, transforma a las actrices en un dibujo más de los que se ven proyectados. La música fue creada por Sebastián Bianchini (integrante del grupo de música Arbol): “El venía trabajando con su música desde un lugar muy lúdico con gran aceptación por parte de niños y adolescentes, aunque los temas no hubiesen sido especialmente compuestos para ellos. Trabajamos por dos años las canciones que componen la obra. No son canciones para dormir sino de protesta infantil y de súplicas y plegarias paternas. Todas tienen un sentido dentro y fuera de la obra. Recorren variados géneros musicales. Así conviven un malambo, una milonga o un hip-hop”.

“Enseñar a dormir es uno de los primeros desafíos que tiene la vida de padres y madres. El acto de despedirse de un hijo hasta mañana, y lograr que esa separación sea sin angustia ni temores, puede transformarse en una verdadera pesadilla”, cuenta Berneri y continúa: “A veces las negociaciones y culpas se instalan por años haciendo que la hora de irse a acostar sea traumática para todos los integrantes del hogar. De alguna forma esta obra invita a que chicos y grandes se identifiquen a través del humor y el absurdo de estos ritos y caprichos. No damos ninguna receta mágica, pero podemos generar que alguna frase o canción se transforme en un código que nos acerque al sueño”. ¤

La hora de no dormir. Del sábado 16 al domingo 24 de julio, a las 17. Del miércoles 27 al domingo 31 de julio, a las 12. En agosto: sábados y domingos a las 17. El Tinglado, Mario Bravo 948. Tel.: 4863-1188. Entradas: $ 40.

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