Por Sandra Russo

Durante los dos años en los que la construcción estuvo prácticamente paralizada, el diseño hizo nido y empolló. La nitidez de la crisis y su devastadora contundencia obró como un resaltador de una característica porteña, a esta altura un verdadero rasgo de identidad: la intensa creatividad y movilidad del circuito del diseño, que no solamente no colgó la toalla sino que se desplegó durante ese período como una bandera cuyo mástil apuesta a apuntalar en Centro Metropolitano de Diseño (CMD). Ahora, que lo peor parece haber pasado y que la construcción da señales de vida, cierta justicia se le hizo a aquella obstinada supervivencia florecida del diseño en los ciento ochenta metros cuadrados del stand que el CMD ocupó durante la semana pasada en Batimat/Expovivienda, la feria internacional más importante vinculada a la construcción de las que se realizan en Buenos Aires. Allí, seleccionados por el CMD, estuvieron expuestas ocho piezas diseñadas y producidas por firmas locales.
Innovación funcional, lingüística, en materiales y/o tendencias: tal fue el criterio que el Comité de Evaluación Externo elegido por el CMD aplicó para seleccionar las piezas que resultaron elegidas para representar, durante la muestra que llevó a más de cien mil personas al predio de La Rural (entre ellas, centenares de estudiantes de arquitectura y diseño industrial de diversas universidades del país), las ideas que han surgido en los últimos tiempos en materia de equipamiento interior o exterior para el hábitat doméstico. Los ocho expositores fueron DeCasa, Hábitat+Hábitos, Hormiga, Buró, Tónico Objetos, Ana Manghi, Matriz Design y Santorini.
Entre ellos, pueden destacarse las lámparas de Tónico Objetos. Una de ellas, “Nube” (diseño de Gustavo Marinic, Roberto Beiras del Carril y Diego Caballin), está hecha en alto impacto termoformado con piezas metálicas. Fue producida este año por la marca que la presentó. La otra lámpara, “Blanca”, de los mismos diseñadores, fue realizada en cerámica esmaltada, y transita por un carril casi opuesto a su compañera “Nube”, cuyo tamaño y forma la hacen ligeramente espectacular. “Blanca” es pequeña, indispensable, y sólo su diseño la convierte en una atracción.
Por su parte, Hormiga presentó sus módulos para bibliotecas Guatemala, realizados en chapa pintada, que puestos unos sobre otros permiten combinar colores (los que la marca elige dentro de una paleta restringida por el propio estilo son el negro, el blanco, el naranja y el turquesa) y tamaños, ya que un solo módulo puede usarse incluso como mesa baja en un living joven, y muchos de ellos están preparados para convertirse en una biblioteca de piso a techo. La marca actualmente produce los mini-módulos Guatemala como porta Cds. Hormiga (muebles emergentes), cuyos diseños pertenecen a Aldo Trovato, también presentó la mesa revistero Aráoz, realizada en chapa y melamina. El concepto general de Hormiga, buen diseño a bajo precio, fue recogido este mes por la revista británica Wallpaper, que le dedicó un artículo -firmado por su corresponsal, Mariana Rapoport- en el que subraya la factibilidad del buen diseño accesible a todo público: su título es bien claro, "Economy Class".
Hábitos-Hábitat expuso el perchero-valet eSpiral, diseñado por Mario Celi y Silvina Martínez. Tiene una base apoya zapatos, estructura desarmable en hierro cromado o aluminio anodizado, y un disco apoya accesorios en madera. “El diseño es negocio” fue el lema del stand que agrupó a estas ocho propuestas bajo al ala del CMD. Dependiente de la Secretaría de Desarrollo Económico de Buenos Aires, el organismo tiene como función articular el enorme capital creativo que bulle en esta ciudad con sectores empresarios y, en esta ocasión, con sectores vinculados a la construcción. Quiere la identidad de esta ciudad que articular negocios sea lo necesario. Buenas ideas, no faltan.