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Viernes, 24 de febrero de 2012

PRIMERAPERSONA

Despedida a todo baile

Antes de que el Carnaval se convierta en un lindo recuerdo, el proyecto La Carnavalera propone bailar para convertir la nostalgia en una promesa de lo que vendrá.

 Por Sonia Jaroslavsky

Luciana Vainer a comienzos de los ’90 hacía acrobacia y danza. En el Centro Cultural Ricardo Rojas vio un cartel que decía: Taller de murga, comparsa y agrupaciones humorísticas a cargo de Coco Romero. Se metió a ver qué era y se quedó e hizo de ser murguera su profesión. Desde esa época forma parte de la agrupación Los Quitapenas y cuenta que lo que le atrajo de la murga fue que ahí podía y puede conjugar su militancia barrial y popular con el lenguaje artístico. Actualmente, lleva adelante el proyecto La Carnavalera y desde ahí presentará el domingo 4 de marzo, Carnavailar, un encuentro para despedir el Carnaval bailando.

¿Qué es La Carnavalera?

Luciana Vainer: –La Carnavalera es el espacio que coordino como ámbito de libertad creativa. La idea original de La Carnavalera es la de utilizar la murga o las artes que componen la murga de otra manera, sin tener que sacar la murga a hacer murga callejera. Es decir, si te interesa la percusión, si te interesa el baile, ver qué otra cosa podés hacer desde la estética y el código de la murga. Hace ya un par de años que venimos trabajando con un cuerpo fijo de artistas, o bien convocamos artistas para los diversos proyectos que nos proponemos llevar adelante, o sumamos artistas con interés en incluirse en la propuesta. Realizamos Lo Rojo, un video danza que dirigió Daniel Böhm y lo interesante allí fue fusionar el baile de la murga con la música electroacústica bajo el ojo de la cámara mediando. Hicimos también Picante carnaval pensado para audiovisual y escenario. Notantango fue un espectáculo que presentamos como fusión justamente de murga y tango. El año pasado participamos de Ciudanza, que es el Festival de danza al aire libre, y nos presentamos en la fuente de la plaza Miserere con una coreografía que se llamó Agua Florida. También nos acercamos al público infantil con La murga de bolsillo, dirigido por Martín Salazar. Como verás la idea es expandir las posibilidades de la murga. Para mí, que estoy desde hace tantos años en la murga porteña, La Carnavalera me da la posibilidad de probar sin tener que ceñirme a lo que es la murga. Me interesan determinados elementos de la murga y quiero simplemente expandir artísticamente esos elementos en una obra.

Carnavailar sería entonces el nuevo experimento de La Carnavalera.

L. V.: –Lo que planteamos en el Konex es un baile de Carnaval, un baile con orquesta donde convocamos al público a bailar. Lo que vamos a mostrar con Carnavailar son fragmentos de murga y de carnaval. La propuesta es recrear un baile de Carnaval; por eso se utilizará el patio para que las escenas transcurran entre la gente y en el escenario estará la orquesta.

¿Cómo se componen esas escenas?

L. V.: –Está la llegada de la murga, otra escena está centrada en un encontronazo de bombos, un duelo de percusión. Hay otra que trata sobre la unión entre los carnavales argentinos: se toman los bailes y la percusión típicos de los diferentes carnavales sobre la melodía del carnavalito. Los bailarines son Geraldine Zárate, Paola Posadas, Soledad Ledesma, Salomé Torrente, Jorge Ferreyra, Sebastián Corzo y Gastón Puchet. Además, está lo que toca la orquesta que son los clásicos de Murga Porteña, son los temas que evaluamos que todos conocen. Entonces no son sólo para el público murguero sino para todo público, bien popular. La orquesta Los amigos de los ajeno está compuesta por una violinista (María Inés Alonso), un guitarrista (Coque Condomí) y la percusión a cargo de Ariel Poggi, Agustín Lumerman y Juan Brusse y el acordeón y la dirección de la orquesta por Daniel Laham. Además, toda la dirección actoral la hace Martín Salazar porque hay muchas escenas que no son sólo de baile sino de acción. Martín trabaja desde el humor y es algo muy importante para la murga porque es algo que toda murga tiene que tener y el humor está íntimamente ligado al Carnaval.

¿De qué artistas y murgas forman parte las canciones de Carnavailar?

L. V.: –Está “Caprichosa”, que es un fado que cantaban Los Viejos Murgueros y sacamos de una recopilación que grabamos con Los Quitapenas hace unos años; hay una que la hizo el Gallego Espiño, director de la murga Atrevidos por Costumbre, de Palermo, que se llama “La Familia Unita”, sobre el clásico de la televisión. Hay otra que es sobre un tema de Rubén Rada, una canción de crítica sobre “Muriendo de plena”; también está “Sobreviviendo”, de Víctor Heredia, que la versión es de la murga Gambeteando el Empedrado. Vamos a tener también “Tango Almagro”, de Los Viciosos de Almagro, o “Y a momo vienen cantando”, de Cristian Alarcón por la murga Los Cachafaces de Colegiales. Y claro que la de Calamaro, “La espuma de las orillas”, en letra de Mauro Santella por Los Quitapenas o el clásico “Pájarito negro”, de Héctor Albarellos.

¿Cómo vienen las murgas en este Carnaval?

L. V.: –Este año vienen mejor que hace dos años. A veces la técnica no ayuda porque van a un corso enorme y se pierde el sonido. Hay murgas que son geniales y otras mejorarán, pero la murga también tiene el valor de la cuestión comunitaria y a veces sucede eso: que tal vez la murga no es tan genial, ni tan afinada ni con un cuerpo de baile importante; por ahí lo que representa la murga como grupo a nivel comunitario en el barrio es más importante que sepan lucirse con el baile o el canto. Por otra parte, lo que noto es que si bien la Comisión de Carnaval y el Programa Carnavales Porteños trabaja todo el año para que el Carnaval suceda en el mes de febrero, a los funcionarios no les interesa la murga y tampoco realizan ni apoyan con algún tipo de difusión. Por suerte, como está el feriado de por medio, se hizo todo un poco más visible. Después, sería interesante seguir otros circuitos de corsos no oficiales, como el que realiza la murga Pasión Quemera, que hace el Corso de las Ranas: es un corso autogestivo. En el conurbano también hay todo un circuito de corsos autogestivos muy potentes.

Escribiste hace unos años el libro Mirala qué linda viene, la murga porteña, allí dedicabas un capítulo a las mujeres murgueras.

L. V.: –Es un área de investigación muy interesante. En ese libro le dediqué un capítulo porque cuando comenzó el Carnaval era cosa de hombres; las mujeres cuidaban las mascotas. Lo que impulsó el cambio fue la apertura de talleres de murga a los que yo me acerqué, pero estamos hablando de hace no más de veinte años. Es interesante cómo “el ingreso de las mujeres, entonces, fue un factor que contribuyó al crecimiento y la democratización de la murga”. De hecho, la primera marcha carnavalera la impulsamos con Maru Díaz, ahí vencimos con resistencia el liderazgo masculino, creo que fue un instante de quiebre.

¿Y qué pasa cuando termina el Carnaval?0

L. V.: –Es un hermoso recuerdo y un vacío, nos tomamos unos días de vacaciones y después volvemos a bailar.

Carnavailar. Domingo 4 de marzo, a las 20 (no se suspende por lluvia) Ciudad Cultural Konex. Sarmiento 3131. $30 (menores de 4 años no pagan) 48643200

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