Vie 29.06.2012
las12

FOTOGRAFIA

Un reino de pequeños dioses

Cuando las palabras no fueron suficientes para relatar lo que veía en India y Vietnam, la antropóloga Mirjam Lestch tomó una cámara y recurrió a las imágenes crudas de la realidad. La convivencia en comunidades étnicas que habitan desiertos y montañas posibilitó el registro de los pesares de mujeres sometidas por culturas ancestrales.

› Por NoemI Ciollaro

Abre la muestra la imagen de una bellísima mujer de piel cobriza y enormes ojos verdes, enmarcados en las sombras del kohl milenario. Ella luce joyas, piercings en la frente y la nariz; ropaje de vistosos colores. Su nombre es Papú y lo que más desea en la vida es tener un hijo varón. Vive en la India, en el desierto de Thar, situado en la frontera entre ese país y Pakistán; allí reside la comunidad poopa, su gente tiene estos grandes ojos verdes, ama la música y es pobre, muy pobre.

Papú tiene once hermanas y su madre siguió embarazándose hasta que nació un varón, porque el nacimiento de un varón es “como el nacimiento de un pequeño dios”, subraya Mirjam Lestch (46), fotógrafa holandesa autora de la muestra del Borges con la producción de Aleksandra Telezynska y la curaduría de Virginia Fabri.

“Después de pasar mucho tiempo en la India y en Vietnam trabajando como antropóloga, sentí que es mejor comunicarme con imágenes que a través de la escritura; porque cuando escribo el mensaje tarda mucho más en llegar a la gente que cuando presento fotografías. La situación de las mujeres en la cultura hindú gira alrededor de los hombres, mientras que en Vietnam es un poco más igualitaria”, dice.

En los sectores más empobrecidos de la India los padres casi nunca mandan a sus hijas mujeres a estudiar, sólo los varones van a la escuela. Si el primer hijo es varón, la mujer merece respeto. Pero cuando nace una niña es una decepción para toda la familia y la madre es desvalorizada. Esta tradición está directamente vinculada con lo económico, ya que el varón recibirá una dote de la familia de la mujer cuando se case y además se quedará en el hogar a cuidar a sus padres cuando sean ancianos.

Por el contrario, las esposas van a vivir con sus suegros y producen gastos a su familia cuando se casan, ya que deben tener una dote que ofrecer al marido.

Estadísticas recientes de ese país que supera los 1200 millones de habitantes señalan que sólo 2 de cada 5 mujeres leen y escriben; y que alrededor del 40 por ciento de las niñas menores de 14 años no asisten a la escuela para prepararse para el matrimonio, ayudar en las tareas domésticas y trabajar en el campo.

JOYAS Y FECUNDIDAD

Tres mujeres de espaldas caminan en Varanasi, una población ubicada en la ribera del río Ganges, en el noroeste de la India; son maestras de educación guniya, uno de los pocos trabajos de mujeres aceptados por los hombres, además del de enfermeras.

“En ciudades como Bombay o Nueva Delhi las mujeres pueden hacer otro tipo de trabajos, pero esto es lo que ocurre en comunidades de muy bajo nivel social y económico. Tampoco existe el divorcio, en Nueva Delhi una mujer puede vivir sola, pero en Varanasi una mujer que vive sola es prostituta”, relata Lestch, quien convive con esas comunidades.

En 1995 creó la Fundación Duniya, una ONG que provee salud y educación a familias carecientes de la India y Vietnam. A través del dinero que obtiene con la subasta de sus fotos, premios y trabajos free-lance, financia su obra solidaria.

En la comunidad poopa a la que pertenece Papú, desde pequeños los hombres tocan un instrumento semejante al violín y las mujeres cantan. Todos practican la medicina ayurveda y, respetando antiguas tradiciones, niñas, niños y mujeres de todas las edades subrayan bellamente sus ojos con kohl (delineador). Originalmente fue utilizado como protección contra enfermedades y existía la creencia de que el oscurecimiento alrededor de los ojos atenuaba los fuertes rayos del sol en el desierto. Las madres aplican kohl en los ojos de sus bebés cuando nacen para “fortalecerlos e impedir el mal de ojo”. Las mujeres preparan el kohl con sustancias extraídas de un árbol llamado neem que tiene funciones antisépticas y espanta a las moscas.

Por tradición en el Norte de la India las mujeres usan el piercing del lado izquierdo de la nariz y en el sur, del derecho. En la medicina hindú un aro en la fosa nasal izquierda naath, se asocia a los órganos reproductivos de la mujer y se cree que facilita la concepción. Hay fotos de piercings más elaborados con colgantes que adornan la oreja izquierda, pero no son alhajas de fiesta, constituyen el arreglo diario y hay gran variedad de modelos. Las mujeres retratadas no se han vestido o maquillado especialmente sino que así es como lucen todos los días.

Muy distintas son las chicas nómades de familias más pobres aún, que no llevan adornos ni ropas coloridas, tienen muy escasas pertenencias que llevan colgando de un palo al hombro. Los nómades viven y duermen en las arenas; muchos mendigan o compran y venden camellos en ferias que se hacen en el desierto. Se los puede ver en impactantes tomas realizadas por Lestch en el Thar, Rajasthan.

Las mujeres boopas realizan rituales de oraciones purificadoras en el río Ganges cuando se asoma el sol, adorándolo mientras recogen agua en sus manos. Hay una bella fotografía en la que se las ve en esa actitud en Varanasi, a orillas del Ganges, el río sagrado, suplicando fecundidad e hijos varones.

“COQUETEO” VIETNAMITA

“En Vietnam –relata Lestch–, la relación entre géneros es más igualitaria, en la Fundación tenemos médicas y médicos con los que vamos a zonas alejadas de la frontera con China, muy alto en las montañas. Allí habita la minoría étnica Lu, llevamos a cirujanos de las principales ciudades que operan y capacitan a médicos del lugar.”

A través de las fotografías puede observarse lo básico de los recursos con los que cuentan: una médica estudia una radiografía utilizando el contraluz en una ventana; en un pequeño hospital se realizan cirugías ortopédicas, plásticas y oculares. Las familias conviven con sus enfermos en los hospitales y allí cocinan y comen juntos.

Hombres y mujeres tienen acceso a la misma educación en Vietnam, se casan dentro de su grupo étnico, y aunque los padres eligen a los futuros consortes, ellos tienen derecho y negarse y esperar otra oportunidad.

“Hay mercados todos los domingos, donde varones y mujeres van a ‘coquetear’ de una forma muy antigua, lucen sus mejores ropas, son vergonzosos, ríen todo el tiempo y cantan; es el lugar de encuentro de los jóvenes y allí eligen pareja, son sitios muy remotos en las montañas”, explica la fotógrafa.

“Las fotografías se rematarán al finalizar la muestra, el 50 por ciento es para Duniya, y el otro 50 por ciento vamos a donarlo en la Argentina a un proyecto junto con la gente de la escuela PH 15 de la villa Ciudad Oculta, que enseña fotografía a los chicos de ese lugar. Queremos publicar un pequeño libro cuya venta apoyará esa iniciativa. Los niños de Ciudad Oculta vendrán a visitar esta muestra en los próximos días”, concluye Lestch

Hoy a las 18 se realizará la subasta con la presencia de la artista y todos los fondos recaudados van a ser destinados a su Fundación Duniya de la India y a la PH 15 en la Argentina. Se subastarán sus fotografías y a la vez se pondrán en venta los catálogos de la exposición.

Centro Cultural Borges, Viamonte 525.

La muestra continúa hasta el 3 de julio.

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