En Argentina el número de abortos inducidos –no espontáneos– en el año sería de aproximadamente 372.000 a 447.000. Esta cifra representa más de un aborto cada dos nacimientos, según estadísticas de egresos hospitalarios por complicaciones de aborto.

Se estima que 60.000 mujeres salen, cada año, de los hospitales públicos por complicaciones de abortos inseguros. Desde hace dos décadas el aborto ocupa el tercer lugar entre los egresos por causas relacionadas con el embarazo, parto y puerperio a nivel nacional. Para el período 2004-2008, el aborto es la primera causa de muerte materna (27 por ciento del total de fallecimientos), en una constante que se mantiene hace tres décadas.

En este marco, el Centro de Estudios de Estado y Sociedad (Cedes) presentó la edición 2012 de la Guía de Aborto Sin Riesgos realizada por la Organización Mundial de la Salud, en Ginebra, ante la necesidad de disponer de las mejores prácticas basadas en la evidencia para la provisión de abortos seguros y resguardar tanto los derechos humanos como la salud de las mujeres. La publicación contó con el auspicio de la Federación Argentina de Sociedades de Ginecología y Obstetricia (Fasgo) y la adhesión de la Asociación Médica Argentina de Anticoncepción (Amada) y la Sociedad Argentina de Ginecología Infanto Juvenil (Sagij).

Desde la década de 1990 se ha observado una notable evolución de las evidencias en salud y tecnologías para la provisión de atención integral y segura del aborto. No obstante, se estima que aún se siguen realizando aproximadamente 22 millones de abortos inseguros por año que causan la muerte de 47 mil mujeres y discapacidad en 5 millones de mujeres. Un gran número de estas muertes y discapacidades podría haber sido evitado mediante la provisión legal y segura de abortos inducidos.