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En la Legislatura porteña se presentó un proyecto para que el 25 de julio sea declarado Día de la Mujer Afro. Desde la palabra tango hasta iaia –una de las formas de nombrar a las abuelas– provienen de Africa. Sin embargo, la cultura, las raíces, la presencia y las mujeres afro están invisibilizadas. La iniciativa de María Rachid –con el asesoramiento de Patricia y Miriam Gomes, de la Sociedad de Socorros Mutuos “Unión Caboverdiana” y la Mesa Nacional por la Igualdad– ya tiene el visto bueno de los y las asesores/as parlamentarios y espera a ser aprobada por la Legislatura.

La idea es que, todos los años, el 25 de julio –una fecha que surgió por la realización del Primer Encuentro de Mujeres Afrolatinoamericanas y Afrocaribeñas, llevado a cabo en Santo Domingo, República Dominicana, en 1992–, la Subsecretaría de Gestión Cultural dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desarrolle distintas actividades que saquen a la luz la presencia africana en el ADN de la Argentina y de Buenos Aires en donde los y las africanos/as llegaron a ser el 30 por ciento de la población antes de la fiebre amarilla, las guerras y la gran mixtura entre la población.

Entre los fundamentos del proyecto se enmarca que “se estableció esta fecha como punto de partida para profundizar la lucha hacia la reivindicación y la visibilización de la mujer afro y todo su aporte cultural y social en la conformación de los Estados. Se busca reconocer la lucha contra el sexismo y el racismo que han librado las mujeres afrodescendientes en todo el continente, buscando comprometer a los Estados a adoptar medidas para la eliminación de estos fenómenos tan dañinos para nuestras sociedades”.

En la Argentina, el papel de la mujer negra no fue menos importante que en otros países de nuestro continente. En nuestro país, la población afrodescendiente fue víctima de un proceso sistemático de invisibilización, negación y exclusión llevado a cabo por las clases dominantes.