Kit Sch dice que para dibujar se apasionó con el escapismo. “Dibujar te hace enajenar un poco del tedio de estar en una clase o de tener un trabajo en una oficina. Agarrás y dibujás y te vas un poco... Pero de repente levantás la cabeza y comentás algo sobre lo que está pasando arriba de tu cuadernito, de lo que está hablando el resto de la gente, y ¡plim! saliste Ganador Del Momento.” Ella se llama Natalia Perugini y es diseñadora gráfica e ilustradora; pero vamos a presentarla como Kit Sch. Casi a renglón seguido se define como ciclotímica y da variantes de su apodo: es también Kitina o Kitschcodelia (otras formas de ella misma en otras partes) como, por ejemplo, en su blog, donde el personaje principal es migomisma: “Me divierte jugar con la zona ‘eguito’ y dibujarme de muchas maneras distintas. Creo que es porque soy la persona que más conozco y me es más fácil representar. Y porque tengo anteojos y rulos que dan para caricatura, si hubiera tenido pelo lacio habría intentado ser cantante”, desliza. Allí, en el blog hay collages, intervenciones sobre fotografías, fotomontajes, animación, acuarelas, tintas y dibujos que jamás verán la luz, como su Chaplita con bombín negro y nota al pie que pide: “Recuérdenme que haga algo con esto en algún momento”.

Fue durante la secundaria cuando Kit Sch descifró el origen de su interés, ¿o podemos llamarlo vocación? Parece que en la escuela dibujaba todo el tiempo, pero cuando tuvo que elegir entre las materias música o dibujo eligió música. “Porque salían temas de rock nacional, mientras las de dibujo pintaban estatuitas con Betún de Judea”, recuerda. Pasados los años de la adolescencia, tuvo que decidir qué carrera seguir y empezó por psicología, “después cursé muchos años del profesorado de castellano, literatura y latín, hasta que me metí en diseño gráfico y empezó a pasar todo esto. Así que soy atea de la vocación”, se despacha. Así llegó a sumergirse en el mundo de la ilustración, pero ¿cuánto de inspiración, cuánto de transpiración? “El arte es una tortura. Llamémosle harte. Trabajar con un objetivo es un proceso sufrimentoso y también genial y también insoportable y también de amor. Yo voto por la forma Ser Hija del Rigor y esperar a que la musa inspiratriz llegue a último momento, aunque capaz eso sea transpirar.” Su búsqueda se motoriza por esa fuerza de querer vivir las mil vidas diferentes cada día. “Soy un poco La Media Verónica. Muchas veces me pasa que quiero dibujar algo para que el mundo sepa que existo. Vivo sola en un monoambiente y si no posteo algo con cierta periodicidad quizá me haya autoconsumido y nadie se dé cuenta hasta que falte muchos días al trabajo o no conteste ni los chats de cosas interesantes.” Ante estas declaraciones, se ve a la legua que Kit Sch es amante de la nueva era; abrió cuentas en todas las redes sociales que fue encontrando. “Me encanta todo lo que se generó después de la irrupción blogger y que se enfatizó con MundoFaisbok, donde se empieza a desacralizar al arte, las intervenciones, se juega con la primera persona de una manera distinta, descontracturada pero intensa. Permite interactuar con amiguitos de otras disciplinas como musiquitos o poemongos y de ahí salen muchas movidas copadas y miles de fans que nos aman. Sin la parte de los fans.”

Para concluir esta presentación en sociedad de Kit Sch, sus palabras y deseos kitschcódelicos terminan de pintar parte de su ingenio y desenfado. Revela: “Soy la que ama al Piojo López y le mando un beso en esta nota: Piojo, si me estás leyendo, yo me compré en 1998 unos zapatos de taco ‘para cuando nos conociéramos’. Hace poco mi tío el genio me dijo que le gustaban mis posteos sardónicos. Después googleé sardónico y creo que eso está muy bien. ¡Ah!, deseo la paz del mundo y que si viene la invasión zombi a mí me toque el de Jim Morrison”.

Blog: www.kitmundo.blogspot.com

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