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De un paneo por las vidrieras y los lookbooks de las firmas de la industria se desprende que la chaqueta de cuero es la prenda de uso ineludible en las colecciones del invierno. En diversidad de materiales y precios, emerge tanto en Desiderata como en Yagmour en versiones símil cuero. Las versiones más nobles irrumpen en Mishka o Prüne; la diversidad de cortes, colores y siluetas en Las Pepas, las variaciones rockers en Delaostia y las deportivas en Adidas. Hay además un lenguaje de cultores del leather que ilustra la nueva firma Blackmamba en su colección inspirada en el tarot y que, según reza el press kit, “combina sedas y lanas con cueros, croccos y gamuzas de oveja y cabrito prelavadas. Los colores editan negro –infaltable de la marca emparentado con blanco, uva, verde inglés y azul marino–. La línea de camperas de cuero, tanto de hombre como de mujer, presenta la clásica tipología “moto” con una incorporación en verde inglés y crocco. Se suman nuevas versiones de la parka impermeable, además de guantes, polainas, gorros y pañuelos de cuero liso. La diseñadora de Blackmamba, Bianca Siconolfi, estudió diseño en la Universidad de Palermo, trabajó en Chocolate y María Cher y está asociada con un integrante de la nueva generación de una familia dedicada a las fabricaciones de cueros. Por otro lado, la diseñadora Emilse Benítez, cultora del cuero negro aplicado a chaquetas, corsés y pantalones, representa un abordaje al fetichismo en cuero. No es casual que, consultada sobre su método, suela argumentar: “Desde mis diseños priorizo los modos de conformar otro cuerpo, independientemente del que ya tenemos”.

La mítica chaqueta Perfecto que popularizaron desde el cine y como uniforme de la rebeldía Marlon Brando en El Salvaje (Laslo Benedek, 1954) y James Dean en Rebelde sin causa (Nicholas Ray, 1955), del lado del rock fue venerada tanto por Elvis Presley, The Ramones como por The Clash, y del pop, Michael Jackson, desafiando la paleta beatnik. Así como en 1980 se incorporó a los atuendos para habitúes de los clubs nocturnos franceses Les Bains, Le Palace y Douches, en 1990 los diseñadores Vivienne Westwood, Gianni Versace, Jean Paul Gaultier, Thierry Mugler, Claude Montana, Karl Lagerfeld y Dolce & Gabbana la homenajearon en sus colecciones de temporada. Corresponde destacar que fue Westwood, junto a Malcom McLaren, la pareja de su juventud y que fuera manager de los Sex Pistols y socio en sus primeras tiendas, quien comenzó a flirtear con la estética del cuero, pero con anclaje punk couture desde la tienda de Kings Road Let it Rock, cuyo nombre luego mutó por Too Fast to Live, to Young to Die y también por Sex, exclusive por soldiers, prostitutes y punks, haciendo apología de la estética leather con tachas y alfileres de gancho.

La historia oficial indica que el primer modelo de la campera de cuero con cierres fue desarrollado en 1928 por los hermanos Irving y Jack Schott, los dueños de una tienda en el Lower East Side de Manhattan, y por encargo de un motoclista. La primera etiqueta rezaba Schottt Brothers y admitía la silueta de un toro. Cuentan que la llamaron Perfecto en tributo a su cigarro favorito. Los modelos iconoclastas fueron bautizados 613 y 618, que se mantuvieron con sutiles variaciones del corte original hasta que en 2008 la firma anunció la renovada moldería.

La modalidad de vestirse de cuero negro de los pies a la cabeza irrumpió en el músico Gene Vincent y por iniciativa de su manager, quien modificó su habitual chaqueta de baseball por artilugios vistos en el teatro inglés. Luego lo adoptaron Jim Morrison (quien causó el mismo efecto en la historia del pantalón de cuero y sólo se lo quitó en los ’70), Leonard Cohen, Iggy Pop, Elvis Costello, Billy Idol y George Michael.

De los casos de la moda local que remiten al cuero negro no puedo omitir la factoría de camperas de cuero Die Verruckt Heit, que en 1990 diseñó Franchie Franchino y cuyos maniquíes vivientes fueron los músicos de Riff.