Vie 20.09.2013
las12

MONDO FISHION

El gabinete óseo de joyas

› Por Victoria Lescano

Celina Saubidet es escultora, tiene una silueta espigada que deja adivinar huesos largos, mientras que la diseñadora industrial experta en joyería Marina Molineli Wells tiene una silueta de talla mediana y huesos ídem. Desde comienzos de 2000 sus pensamientos y morfologías avant garde se reflejaron en los colectivos de joyería contemporánea más innovadores.

Juntas son las artífices de Cábinet Oseo, una firma de esculturas y de joyas realizadas artesanalmente en bronce fundido y bañadas en oro y plata que emulan fémures y falanges para portar desde gargantillas cogoteras o bien en todos los dedos de las manos, así como también reproducen huellas dactilares y simulacros de piel con resina desde una línea de brazaletes, y traslada a broches y colgantes la morfología de corazones que lejos del imaginario naïf, dejan asomar fragmentos de aortas.

A comienzos de septiembre, además de engalanar la vidriera de la tienda del Museo de Arte Latinoamericano –Malba–: un rejunte de fetiches, lo más parecido a un gabinete de curiosidades de algún científico vintage, que ostentó un manto, casi un quilt compuesto de gasas impresas con sus huellas dactilares y, en sus alrededores, profusión de tijeras y tijeritas de cirujanos, a molares de oro, pasando por agujas para coser la piel e hilos para suturas. En el hall y las escaleras del museo, un grupo de modelos ataviadas con atuendos de cabritilla color piel con bieses de metal y que en ocasiones dejaban ver un hipotético mapa de las venas, lucieron las joyas de la colección clasificada en tres ejes temáticos –los huesos, la piel y el corazón–, mientras transcurría un concierto intimista del músico Axel Krygier.

Días más tarde y puertas adentro de esa tienda conceptual de diseño, se pueden apreciar las piezas que componen esa colección (y que también se comercializan en Kabinett, la tienda del Faena, la tienda departamental Opening Ceremony) fueron celebradas en editoriales de moda de Vogue Turquía, Vogue americano y diversas publicaciones foráneas.

Uno de los disparadores de la alianza arty y la colección actual que no se rige por temporadas se puede fechar en 2006, cuando Celina presentó en la galería de la tienda Armani de Buenos Aires una muestra llamada Osea: consistía en disponer piezas de diversas materialidades sobre los cuerpos de modelos fotografiados por el experto Urko Suaya, pareja de Celina. En ocasión del armado de esa muestra, Saubidet recurrió a Molinelli Wells para que desarrollase una mano de metal, para situar junto a una obra con soporte de fotografías.

Fundamenta Celina esa elección: “Mi concepto inicial fue considerar los huesos como joyas que protegían a las mujeres con su naturaleza; puse en valor el cuerpo para mostrar la fortaleza interna y también para mostrarlo como una coraza. Después del desarrollo de esa mano que no era vendible, nos entusiasmamos con la idea de hacer anillos de esos huesos. Al principio, los usamos nosotras para mostrarlos, nos decían qué lindo pero qué raro, la verdad es que casi nadie se atrevía a comprarlos para usarlos. Hubo una pausa en la que ambas continuamos con nuestras obras y pasó que una amiga viajó a Nueva York para trabajar en una pasantía de moda y nos pidió llevar las piezas para mostrarlas; las piezas fueron elogiadas por diseñadores cuyos nombres no recordamos porque no seguimos demasiado la moda, pero sabemos que son muy reconocidos. Y otra amiga llamada Sofía Sánchez Barrenechea (diseñadora gráfica radicada en Nueva York que devino referente de estilos para la revista Vogue y muchas otras publicaciones de moda) empezó a usarlos para ir a almuerzos y a fiestas, porque ella frecuenta lugares de moda y le preguntaban sin cesar por la procedencia de las piezas, al punto que decidió venderlos desde su tienda online llamada Under our Sky”.

Es ineludible mencionar otra influencia en su compulsión por las joyas óseas y el rescate de la biología: ambas tienen padres médicos, así como Celina recuerda como juego de infancia tomarse rayos X con el equipo ad hoc de su padre, un médico radiólogo, Marina acompañaba a su padre, un cirujano, en sus rondas de visitas a quienes transitaban posoperatorios.

Destacan que el proyecto llevó varios años de ensayo y error, que la realización de las piezas transcurre en sus respectivos talleres –uno en una terraza hogareña de Belgrano– o en un galpón de José Leon Súarez, según el tamaño de la escultura, otro en un showroom de Villa Crespo (para el montaje de la vidriera rescataron las piezas más representativas de cada taller). Y en el proceso decidieron que no querían limitarse a la joyería–. Entre las piezas hay una bombilla para mate rara avis de la colección privada Saubidet.

Acerca de sus modos de representación del cuerpo, porque ésa es la premisa del Cábinet Oseo, señalan Marina y Celina casi a dúo: “Desde las piezas para portar buscamos crear un cuerpo nuevo y cubrir el verdadero, siguiendo las formas de los huesos y las capas de la piel”.

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