En Ushuaia la gobernadora Fabiana Ríos impulsó una licencia por maternidad y paternidad pionera en la Argentina para el personal del sistema público provincial. Todas las mujeres tienen una licencia previa al parto de treinta días y una posterior de seis meses. Pero un paso significativo es que –si ella lo decide– puede compartirla con el padre si él trabaja en la órbita del Estado. La posibilidad de intercambiar esta opción con el varón es innovadora y, además, interesante, ya que depende de la decisión de la mamá. Por otra parte, la licencia se extiende otros treinta días en caso de tratarse un parto múltiple. O sea, un mes más si se trata de mellizos y otro mes si llegaran a ser trillizos. La licencia por adopción también es de seis meses.

En un país en el que los varones tienen sólo dos días de licencia por paternidad, la opción de que puedan compartir la licencia con la madre en Tierra del Fuego abre un debate interesante. Un punto polémico es que si la mujer trabaja en el ámbito privado y tiene sólo tres meses y el padre se desempeña en el Estado, el varón puede pedir los noventa días restantes.

Otro dato sobre esta licencia de nacimiento en Tierra del Fuego es que la licencia por paternidad se extiende a quince días. Pero, además, contiene una forma lingüística que va más allá del lenguaje y apunta a familias igualitarias, ya que dice “licencia familiar por nacimiento”: “Para el cónyuge o conviviente de la trabajadora que ha sido madre”, en alusión al padre o a la pareja mujer si se trata de dos mujeres. Y se puede extender por diez días más si se trata de nacimientos múltiples.

También se ayuda a que puedan dar la teta durante los primeros dos años, como recomienda Unicef, por medio de una franquicia por lactancia que puede utilizarse a través de dos descansos de media hora cada uno en el transcurso de la jornada laboral, o una hora de descanso, o a través de la disminución –en una hora diaria– de la jornada de trabajo, modificando el horario de ingreso o egreso.