Mientras algunos de sus compañeros de elenco han hecho mejor carrera en las artes de la actuación (con la formidable Kaya Scodelario a la cabeza en los protagónicos fílmicos de Cumbres borrascosas y Emanuel and the Truth about Fishes, entre otros), la petirroja Kathryn Prescott, otrora Emily en la tira teen británica por excelencia Skins, ha decidido dar un vuelco y poner su talento a merced de otras expresiones. De allí que, sin abandonar del todo las bondades del teatro, cine o televisión, esta gemela de 22 años –que enamoró a la comunidad LGBT gracias al rol de una floreciente lesbiana flechada que perseguía a la entonces blonda y reticente Lili Loveless– se haya decidido por la fotografía.

Con base en Londres y afición al retrato, Prescott se ha ganado su buena porción de atención en medios ingleses gracias a What Makes us Care?, su primera exposición solista, que inauguró el pasado septiembre en la galería St. Martin in the Fields, en Trafalgar Square, y cuyas ganancias fueron destinadas a la fundación por los jóvenes sin techo Centrepoint y a Big Issue (la Hecho en Buenos Aires de esos pagos). Y es que, además de sacar a relucir su carisma a la hora de gatillar la maquinola, la propuesta eje de la exhibición conmocionó a más de un corazoncito solidario (y hay que decirlo: a los cholulos también). El asunto trata de lo siguiente...

Al notar la atención que le brindó la TV, con decenas de fanáticos diarios reconociéndola en la calle, Kathryn empezó a reflexionar: “¿Por qué algunos rostros despiertan conmoción y otros, los que se ven a diario y muestran señal de auxilio, sólo reciben la indiferencia de los transeúntes?”. Tomando en consideración que sólo en los últimos dos años el número de gente en situación de calle aumentó en un 64 por ciento en Londres, el tópico le resultó esencial y congregó a varios ex compañeros de Skins y amigos actores (de series como Los Borgia, Glee y Waterloo Road), famosillos en ascenso, estrellas juveniles brit, para lookearlos como vagabundos y despertar conciencia de que, “en otra realidad, esas personas podríamos haber sido nosotros”. Bien por Kat.