Las producciones artísticas de la Compañía Rioplatensas resultan del trabajo conjunto de mujeres que atraviesan el campo del arte. Este colectivo autoral nace del deseo de querer pensar y recrear el universo de mujeres escritoras del Río de la Plata. Reúne a las dramaturgas Aldana Cal, Carla Maliandi y Bibiana Ricciardi; las cantautoras Flor Braier e Irene Goldszer, y las ilustradoras Verónica Carrera y Ana Paula Méndez. Es un proyecto colectivo que se expande sin una forma estable, un diálogo sin tiempo con aquellas mujeres que las precedieron en ambas orillas del Río de la Plata. Puede tomar rumbos inesperados, sinuosos y ondulantes donde se encuentran las mujeres que escriben, las que leen, las que componen y cantan, las que dibujan. “Desde el inicio, la idea fue trabajar a partir de una búsqueda, de una investigación, pero no de un modo académico: esa búsqueda fue conducida más bien por un espíritu detectivesco”, describe Aldana Cal. Dicen que el nombre les proporcionó una identidad: “La invención del gentilicio Rioplatensas habilitó un sentido de pertenencia que es muy estimulante para la creación”, da cuenta Aldana. Para comenzar, cada una de ellas trabajó sobre una autora. En esos primeros encuentros se realizaron producciones interdisciplinarias en torno de Silvina Ocampo, Eduarda Mansilla, Idea Vilariño, Marosa Di Giorgio y Alejandra Pizarnik. Ese trabajo se tradujo en un ciclo de música, lecturas y canciones que luego fue editado como Rioplatensas Volumen 1. A esa publicación le siguió el Volumen 2, para el que trabajaron alrededor de la figura de Aurora Venturini. Así lo cuenta Aldana: “Con Venturini todo cambió. Su literatura es un virus que se propaga con tanta facilidad que rápidamente todas nos vimos tomadas, y bajo la influencia de Aurora cada una creó lo suyo. La experiencia funcionó muy bien y nos permitió dar con un formato escénico que resultó más atractivo. De cualquier modo, entre un encuentro y otro siempre hay cambios. Va más allá de toda intencionalidad, las condiciones de posibilidad del formato con el que trabajamos exigen probar, cambiar, readaptar permanentemente”. Así, estas mujeres llevan a cabo una creación en paralelo. Dicen zambullirse en el universo de las que estaban antes para empaparse de sus letras y burlar la distancia que separa a unas de otras. Por eso, mientras unas escriben, otras componen o ilustran. Y luego en el montaje escénico esas creaciones dialogan entre sí, cada una en su lengua. Rioplatensas se ciñe a las mujeres. Mujeres que mayormente fueron ignoradas, silenciadas, que anduvieron sueltas, resistiendo e insistiendo en su condición. “En este proyecto –subraya Aldana–, la premisa es trabajar a partir de una doble restricción: geográfica y de género. Cabe aclarar: no a lo femenino sino a las mujeres. Escribimos exclusivamente a partir de mujeres, pero no lo hacemos en pos de una mirada femenina unívoca, todo lo contrario, intentamos bucear en la enorme diferencia de miradas que existe entre las mujeres de uno y otro lado del Río de la Plata. Lo interesante de trabajar a partir de esta ‘doble restricción’ es que la lista de celebridades es bastante breve y, por lo tanto, debemos aventurarnos en una pesquisa que nos permita descubrir autoras hasta entonces desconocidas para nosotras.”

La decisión de editarlo como libro partió del interés de quienes asistían a esas instancias escénicas. El público se quedaba con ganas de llevarse los textos que habían escuchado. “Así fue como empezamos con un modesto fanzine y luego la idea fue madurando y empezamos a buscar la forma de hacer una publicación periódica donde resulte posible plasmar en el papel parte de lo que acontece en los encuentros. Pero el libro como objeto es simbólicamente tan poderoso que de a poco se va valiendo por sí mismo, independientemente de su vínculo con los encuentros.”

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