Hermanos, hermanas, hijos e hijas es el abarcador título familiar con el que Barneys, la cadena de lujosas tiendas de departamento con base neoyorquina, ha bautizado a su más reciente campaña, enunciadora de las bondades estilísticas que deparará la primavera 2014. Campaña que, por otra parte, se sumerge de lleno en la diversidad, pero no “de talle, forma o color, como podría esperarse, sino de género”, según subraya la publicación especializada Elle desde Estados Unidos. Y es que, con el finísimo fin de promover imperiosas necesidades –la aceptación, la inclusión, entre otras vitales cuestiones–, la firma incluyó a 17 modelos trans, capturadxs por el reconocido fotógrafo de moda Bruce Weber. Luciendo, dicho sea de paso, bonitísimas prendas de Alaïa, Balenciaga, Saint-Laurent, Givenchy y Lanvin, entre otros.

“Soy muy consciente de que en la última década el colectivo LGBT ha hecho avances extraordinarios, pero la comunidad trans no ha compartido dicho progreso”, ofreció al New York Times Dennis Freedman, director creativo de Barneys y mente rectora detrás del proyecto. De allí que, en asociación con el National Center for Transgender Equality (NCTE) y el LGBT Community Center (alias The Center), su empresa haya decidido tomar cartas en el asunto a través de imágenes fashion en blanco y negro de lxs modelos que, además, cuentan su bio y lucha personal en interviús cuidadosamente recopiladas y publicadas en un portfolio de edición limitada.

“Ayudar a romper con los estereotipos y a construir aceptación social”, resume el acta de intenciones de la bienaventurada campaña que, en las historias, acentúa problemas como el bullying, la discriminación y el abandono, sin desatender el empoderamiento, la confianza y el amor incondicional, ni las prendas premium, el estilo y la belleza más plena e inclusiva.