Viernes, 6 de junio de 2014 | Hoy
El interrogante What would Julia do? (¿Qué haría Julia?) cobra sentido y hasta ahora sólo podía ser contestado por los conocedores del mundo de la moda y de la música y de quienes frecuentaron la escena de las discotecas y los pubs de Londres de 1980. Pero valiéndose de ese título, la fotógrafa de modas Rebecca Thomas presentó en Londres –en un almuerzo con Bloody Mary mediante– un libro que compila imágenes que documentan la vida social de la Princesa Julia; tal es el apodo de Julia Fodor, Dj y referente estético ineludible de la noche londinense.
Las fotografías de Thomas funcionan como un look book casual y una bitácora de cinco años recientes de la princesa punk de la dinastía new romantic; de ahí que se la pueda ver tanto ultimando detalles de su outfit en su habitación como en las pistas de los clubes George and Dragon y Bistrotheque, en una fiesta de la diseñadora Louis Gray (quien representa a la nueva escena de la moda de Escocia) posando en las instalaciones de la firma Fashion East o en su tienda de ropa de la calle Islington. Dueña de una silueta new wave glamorosa, el pelo negro y largo con un flequillo digno de una pin up, su manifiesto de moda admite tanto el uso de turbantes de terciopelo como las estolas de piel, los tocados de plumas de avestruz, los trajecitos vintage para el cóctel, los zapatos Mary Jane resignificados por Vivienne Westwood y la profusión de tatuajes.
Sin duda uno de sus primeros happenings de moda fue en 1981, y desde la aparición en el videoclip de la banda Visage que ilustró el hit “Fade to Grey”. En ese contexto, emulando una secuencia de máscaras que va de la cara pintada de negro al blanco casi níveo y los labios de color rojo furioso, aparece una joven Julia cual maniquí viva, despojada de todo ornamento y recitando versos en francés. Acerca del estilo de la princesa de la disco, señaló su actual retratista, Rebecca Thomas: “Considero que es un mix entre el glamour clásico de Hollywood, con la cultura clubber y la vanguardia de los diseñadores ingleses que me influenciaron muchísimo”.
El título nobiliario que Fodor supo conseguir tuvo como principal linaje los clubes de moda. Fue tanto la Dj residente del club Kinky Gerlinky, como una de los integrantes del Blitz Kids (habitués de la disco Blitz, situada en Covent Garden y epicentro de la escena local londinense que reunía a los que, con el pasar de los años, se convertirían en reconocidas figuras del arte y la moda). Allí supo bailar con su amigo Boy George o bien disertar con el cineasta Derek Jarman, tomar unos tragos con los diseñadores John Galliano, Jasper Conran y Stephen Jones, quienes en sus comienzos en la moda frecuentaban las pasarelas espontáneas implícitas en los habitués del Blitz.
Su extenso currículum también admite la participación como vestuarista personal de la cantante Kylie Minogue, quien en 2005 la invitó a participar en un video exclusivo que se filmó para su gira Show Girl recreando las escenas del mítico video musical que la hizo reconocida. En la actualidad y a sus cincuenta años, la Princesa Julia combina sus sets musicales con el periodismo, oficiando como editora musical de la revista ID, además de ser la autora de Revoltage and Reportage, una columna en la publicación QX, donde reseña los últimos gritos de la moda en discotecas y hace hincapié en las nuevas escenas musicales. En su faceta de seguidora de la moda, la princesa plebeya despliega todos sus conocimientos acerca de los modismos en el blog The World of Princess Julia y con un discurso que recuerda a los enunciados de Isabella Blow o su antecesora en la extravagancia, Diana Vreeland, sentencia: “Pertenezco a esa clase de personas que nunca sale a la calle sin maquillaje. No existe un momento en el día en que use ropa casual”, afirma Julia, quien en su adolescencia salía corriendo a comprarse ropa a Seditionaries y Let It Rock, los locales que por ese entonces tenían Vivienne Westwood y su compañero Malcom McLaren. Y en cuanto a las influencias que conforman su particular estilo, Julia menciona la elegancia dandy predicada por el diseñador Quentin Crisp y al movimiento glam rock. Tanto en su blog como en las fotografías de Thomas cautivan las polleras pencil, los zapatos de taco vertiginoso y atiborrados de brillo, las chaquetas peplum de satén, así como los vestidos hechos para dragqueens y traídos de Irlanda, que forman parte de la inventiva que la aristócrata del punk ejercita a la hora de abrir el placard en su departamento ubicado en el East End de Londres.
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