SOCIEDAD › SOCIEDAD
Guiso quemado y salud reproductiva
Por María del Carmen Viñas *
Caía la tarde sobre el mar y los médanos de Arenas Verdes, Partido de Lobería en la Provincia de Buenos Aires, cuando llegamos. Sobre unas tablas un grupo de jóvenes (mujeres y varones) pelaban cebollas y cortaban zanahorias. Como desde hace catorce años, la juventud socialista realiza allí durante el mes de enero su campamento, que este año convocó a más de mil jóvenes de todo el país.
El objetivo es tener un espacio no sólo de recreación, sino también de formación y capacitación. Durante la semana los jóvenes realizan charlas, talleres, encuentros con temas que les interesan como el sida, la ecología, los derechos humanos, y por supuesto abordan la situación política y social de nuestro país.
Una atractiva actividad, que se repite los últimos años, la constituye la Carpa de la Provincias, donde jóvenes de cada región de nuestro país cuentan de distintas formas, con libros, música, con afiches o comidas típicas, cómo son y qué hacen en el lugar donde viven. Así, en el stand de San Juan probamos el vino patero, en el de Buenos Aires hilaban fajas y en el de Santa fe se escuchaba a Fito Páez.
Particularmente este campamento tuvo un condimento especial, era el primero después de la unificación del socialismo, y en un clima de gran confraternidad escucharon a los compañeros Alfredo Bravo y Rubén Giustiniani, presidente y secretario general del PS.
Las mujeres socialistas fuimos convocadas para debatir el tema del aborto, ya que en noviembre pasado el bloque socialista presentó en la Cámara de Diputados de la Nación el proyecto de despenalización del aborto que elaboró la Comisión Nacional de la Mujer del PS. A nosotras nos pareció interesante que además de exponer los fundamentos del proyecto conocieran también la experiencia del Uruguay, que acaba de aprobar en Diputados una ley que autoriza la interrupción del embarazo hasta la duodécima semana de gestación. Para eso invitamos a la diputada nacional uruguaya Margarita Percovich, quien trabajó denodadamente para que ésta se concretara.
Hablamos sobre el pacto de silencio que se ha construido en torno de la interrupción del embarazo que se quiebra a partir de las estadísticas; alrededor de 500.000 abortos anuales demuestran la existencia de un hecho social que se niega y se invisibiliza.
Informamos que son por lo menos 500 las mujeres que mueren por año por esta causa, porque se realizan en condiciones inseguras y clandestinas, con el agravante de inequidad social porque las que mueren son las más pobre y las más jóvenes.
Repasamos la legislación sobre el aborto en el Derecho Argentino y también los Programas y Plataformas de Acción de las Conferencias Internacionales que obligan a ubicar la discusión en un marco ético y derechos que considera a la persona, a su autonomía, a su vida, a su salud integral, a su libertad y a su dignidad, el derecho a la igualdad y al derecho a la individualidad como persona humana.
Se hicieron muchas preguntas: qué consecuencias tiene para la mujer la práctica del aborto, por qué no se da educación sexual en la escuelas, por qué de esto no se habla, y por qué si para un embarazo hacen faltan dos, se condena sólo a la mujer. Casi a medianoche, y cuando se hacía cada vez más intenso un olorcito a guiso cocinado en enormes ollas de 50 litros, realizado por improvisados gourmets, uno de ellos pidió cerrar el apasionado debate a riesgo de comer un “quemado de guiso”.
Mientras algunos jóvenes armaban los tablones, nosotras nos llevamos el compromiso de la juventud socialista de imitar la experiencia uruguaya de realizar durante este año una fuerte campaña de propagandización para lograr la aprobación del proyecto. Para esto piensan repartir volantes en escuelas y facultades, pintar paredes, pegar afiches y debatir con otras organizaciones juveniles las estrategias de acción conjuntas.
* Legisladora socialista. Mar del Plata.