CONSEJITOS DE MARU BON BON
Sobre la correcta interpretación de las señales que habilitan el paso al desenfreno
Y no, mis queridas/os amigos/as, no hay semáforos ni carteles indicadores, banderas a cuadros o chicharras que habiliten el paso; las húmedas carreteras del placer son así, tramposas y resbaladizas, aptas para el tropezón y hasta la caída para quien no sabe dilucidar las tímidas señales de avance o de peligro. Pero ¿cómo saber que esa crispación quiere decir adelante –o atrás, valga el atrevimiento– y no vete de mí? ¿Cómo adivinar la oportunidad en que el/la/los/las susodicha/o/s/s levantarán las barreras?, ¿eh? Ya que los buenos amantes se curan en salud, tenga en cuenta algunos datos:
1. ¡Deténgase! Si advierte que la persona a quien está usted besando con evidente apasionamiento tiene tiempo de saludar con la mano libre a quien conduce el automóvil de junto. Puede ser que no sea el lugar adecuado, puede ser que la persona de marras sólo quiera despedirse rápidamente (y cambiar de auto).
2. ¡Aguarde! No salga del baño agitando sus prendas íntimas antes de haber concluido el primer brindis. No importa si se trata de una orgía, aun los desaguisados tienen sus propias normas de urbanidad. Además, nada peor que congelar su entusiasmo antes de encenderlo.
3. ¡Cruce peligroso! Es legítimo pretenderse maestro/a de iniciación de personas de toda laya, más si está intentando convencer a alguien de torcer el rumbo de sus preferencias ¡cuidado! que le acepten una cena, incluso una noche de dancing, no implica habilitación a zonas más oscuras. Demórese, ralente sus movimientos, déjese avanzar mientras la histeria le alcance.
4. ¡Retroceda! No buscamos la preservación de la especie, pero sí la del/a sujeto/a, en este caso Ud. Si escucha la palabra amistad, amigos, amigas, será señal de retirada, no importa cuán lejos hayan llegado en la aproximación de los cuerpos. Recuerde que la histeria no es su propiedad, si no por el contrario patrimonio de la humanidad. Y en nombre de la amistad, amiguitas/os, más de un romance ha llegado a la morgue.