Estas palabras, mis queridísimos/as, están destinadas a quienes temen la maledicencia, el maltrato, pero no a las malas lenguas ya que éstas, como bien sabemos, nunca pueden ser tan malas –a no ser que hayan sido arrancadas, que ésas más que malas, están bien muertas–. ¿A santo/a de qué habría una/o de privarse de las alegrías de este mundo cuando éstas son tan escasas? ¿Acaso porque una/o haya empezado por una punta no puede optar más tarde por un punto? Ni antes, ni después, ni arriba o abajo, mis estimadas/dos, la tierra es redonda y ya que estamos en ella, pues ¡a girar antes que todo acabe!

1. ¡Conviértase en el/la/lo súper amante!: Sólo quien puede atender cualquier requerimiento podrá jactarse de saber lo que hace feliz a cada cuál. ¿Y quién podría negarse a las mullidas promesas de tal portento?

2. ¡Encaje en cualquier ambiente!: No importa quién organice la fiesta, cómo vistan los invitados, mucho menos el modo en que se relacionan. ¡Usted atienda cualquier llamada del destino y siempre se sentirá como en casa! Más tarde verá cómo llueven las invitaciones a quien como Ud. está tan bien empilotada/o.

3. ¡Duplique las miradas sobre su nuca!: ¡Y sobre las partes de su humanidad que Ud. prefiera! ¿Que ya no hay hombres? ¿Que mujeres eran las de antes? ¿Que ya no quedan ángeles/vírgenes/castos? ¿Qué importa? Siempre habrá algo más en este valle de lágrimas que Ud. sabrá convertir en vergel/vaginel.

4. ¡Reviva la emoción de la primera vez!: Sólo que ahora tiene la experiencia necesaria como para disfrutarla. ¡Y si Ud. es de las/os que corren a atender antes de que el destino haga sonar su campanilla seguro más tarde o más temprano será convidado/da a descubrir emociones a estrenar! La gracia está en animarse y no en amilanarse.