Vie 31.12.2004
las12

CONSEJITOS DE MARU BON BON

De como los goces propios devienen ajenos

Hola, Ola, Aló! ¡Amiguitas, amiguitos y amiguetes! Dejad por un momento el daikiri, la sidra o el champagne y prestad atención a esta humilde servidora que, en el día de hoy, no sólo está dispuesta a serviros la mesa sino también a extenderse sobre ella cual bacante en banquete, siempre que seáis gentiles y no hagáis nada que no quisierais que os hagan a vosotros. Y de eso se trata el episodio de hoy, del amor y por tanto a otros/as/es/is inspirado por ese atrevido señor que lejos de peinar canas las exhibe como penacho al viento, cayendo lacias a los costados de sus anteojos de carey. Sí, claro, hablo de Don León Ferrari, que graciosamente ha prestado una imagen del Shunga sobre la que imprimió en Braille un mensaje de paz: ama a tu próximo como a ti mismo. Es en este ida y vuelta, este toma y daca, este entrá y salí, vamos que venimos, que la manito aquí o acullá, es que el sexo y el amor nos ofrecen sus mejores diseños, que por supuesto serán distintos para cada cual. Aunque, claro, para todo hay un método.

1.
Conócete a ti misma/o/es: Busca, rebusca, hurga y husmea hasta donde te lo permitan tus huesos. No le temas a la tecnología, que esa cámara que tienes en su funda no sirva sólo para cumpleaños infantiles. No esperes a tener una funda para enhebrar tu basto, ni un guante ajeno para encajar tu dedo. Quien no encuentra su propio timbre mal puede esperar que le abran la puerta en otra estancia.

2.
Que la experiencia te/les valga: ¿Por qué sigue haciendo lo mismo que hacía cuando era un/a párvulo/a? ¿Qué es eso de andar zarandeando sus partes cual adolescente nocturnamente poluto/a? Vamos, demórese, que esto no es un trámite bancario, ni la cola del supermercado (aunque la del repositor, hmmm). Lo que usted debe hacer para amarse a sí misma/o ¡es cualquier cosa menos tomar el camino corto!

3.
Comparta lo que sabe: Y lo que no, pues pregúntelo. Porque amar al/la/le otro/a/e como lo hacemos con nosotras/os mismos/as no quiere decir ni mucho menos significar que todis somis igualis. Entonces, si Ud. descubrió lo que tiene de bueno un codo, entréguese a conocer los placeres de una punta de espalda, y viceversa. Amén de descubrir lo que ni siquiera sabía de su propia persona.

4.
Déjese llevar (y lleve a su vez): Si es verdad que no nos bañamos siempre en el mismo río, aunque el río esté ahí para acogernos, mejor fluir cual barquito de papel y dejar que el agua haga cosquillas en los bajos. Y si la tormenta nos hunde, pues bien, a su oscura profundidad nos entregaremos, porque si negro es el fondo, no menos negra ha sido la puerta que nos ha abierto la entrada al mundo. ¡Feliz Año Nuevo!

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