CONSEJITOS DE MARU BON BON › CONSEJOS DE MARU BON BOM
Amiguete/ta/s, estimadísimo/ma/s, ardientes compañías de mis viernes floridos: ¡¡¡A vuestras manos me entrego cual mensaje perfumado, mensaje de texto o emoticón colorido!!! Que nuestro tema de hoy es la lengua y aunque Uds. –¡ay, cómo os conozco!– rápidamente derrapen hacia la lengua en contacto con los bajos, hay mucho más que músculos en esta historia, ¡hay palabras! Y las palabras, amiguete/ta/s, llegan de diversos modos, se escuchan en distintas partes y alientan y erizan a tantas otras.
1. Una voz en el teléfono: Antiguo como el aparato pero nunca abandonado por los/las amantes de los placeres efectivos, seguros y al pie, o mejor, a la mano. Una/o dice cualquier cosa sin temor a ponerse colorada/o, porque total si el rubor sube a su mejilla, no habrá quién lo vea. Además, Ud. sabe mejor que nadie qué hacer con su linda manito mientras la voz que llega por el tubo le calienta la orejilla. Aclaración: Si el tubo va a hacer algo más que traer la voz amada, se recomienda vivamente limpiarlo después con agua oxigenada.
2. Tienes un e-mail: Lento, es verdad, descoordinado, puede ser... Pero quién es capaz de negar esa tensión que genera esperar que llegue esa cartita virtual que puede ponernos en on cuando todo lo demás está en off. Muy apto para solitaria/rio/s/s empedernidos, tímida/do/s incurables, o escandalosos a la hora de prodigarse placeres personales. Nadie mirando, nadie escuchando y aun así... la comunicación se produce. Atención: No se recomienda darle al teclado el mismo uso que al teléfono.
3. ¡Dios/a salve a los mensajes de texto!: Inmediatos, tan ardientes como lo permitan los dedos –y el tamaño del celular– pero con una distancia tranquilizadora como para meditar la respuesta y demorar el momento del llamado real, es decir, de la toma de decisiones. Puede generar algún inconveniente el envío de chanchadas, ya que el cerebro del transmisor no reconoce la mejor parte. Oblíguelo, termina doblegándose. Ojito: El tamaño de los telefonitos, últimamente, es apto para cualquier menester, aunque se corren riesgos extremos de pérdidas en las profundidades de las partes.
4. El virtuosismo del músculo: En la oreja, en el cuello, en las axilas, en los pliegues, en las partes, más acá o más acullá, la lengua es un órgano sensible y apto para reconocimientos de toda clase y tiene efectos garantizados con el partenaire de turno o estable. Y aunque es inútil en soledad, ésta será usada después de haber recurrido a todos/das las/los otro/a/s métodos de acercamiento. Atención: dado que la lengua viene unida al cuerpo ¡métala sin temor donde más le plazca!
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