Bajo el incitante título “Una flor que requiere cuidado”, la revista Mucho Gusto, en el número correspondiente a septiembre de 1968, nos alerta sobre los problemas estéticos de este “dios con pies de barro” (sic), poética manera de referirse a los senos femeninos: “Porque su belleza brilla fugazmente y luego se esfuma, a menos que se tomen las medidas necesarias. ¡Pobre busto! Con su volumen carece de una osamenta que lo sostenga adecuadamente. Debajo de la piel sólo hay una glándula y una capa de tejido adiposa, que es la confiere redondez a los senos. Basta que esta capa grasosa disminuya (adelgazamiento) para que la piel sobre y cuelgue”...

Así de triste es el destino de estas flores propiamente de un día, a menos que Mucho Gusto venga en nuestro auxilio con armas secretas: “Por ejemplo, si el busto es muy grande y tiende a la pstosis (caída), lo indicado son las aplicaciones de compresas astringentes para retraer la piel; también conviene acogerse a los beneficios de la hidroterapia: con una ducha fría rotativa se logra que los pechos recuperen su turgencia”. Según la citada fuente, se alcanza una recuperación que va del 50 al 100 por ciento. También se puede apelar con buenos resultados a la gimnasia fortalecedora: un ejercicio excelente consiste en enganchar los dedos por delante a la altura de los hombros y tirar los codos hacia afuera sin soltar.

Por supuesto, es muy importante la elección de un corpiño o soutien que reúna las siguientes condiciones:

1) Calzar todo el busto en la taza.
2) Tener el contorno exacto de tórax.
3) Los breteles deben llevar el busto a la altura normal que se detecta con exactitud, tomando la medida que va del codo al hombro: la punta del seno debe quedar en la mitad justa de esa distancia.
4) El corpiño no debe juntar ambos senos hasta convertirlos en una masa informe, ni separarlos demasiado.

En cuanto a la forma del soutien, opina la revista consultada, el busto en punta resulta sin duda más juvenil que el modelo achatado, pero tampoco es cuestión de exagerar: una punta moderada no significa de ninguna manera un perfil de embudo. Ni de cucurucho de helado, acotamos nosotras sin querer enmendarle a plana a la susodicha publicación.