Viernes, 23 de noviembre de 2007 | Hoy
INUTILíSIMO
Momento ideal para retomar las clases de natación, antes de que lleguen las Fiestas, las vacaciones, los grandes calores. Por ejemplo, usted puede abocarse a perfeccionar el estilo espalda siguiendo el curso del profesor Mario J. Entenza a través de su libro Aprenda a nadar en dos semanas (Editorial Bell, Buenos Aires, 1960). “De gran difusión en los Estados Unidos de Norteamérica como primer estilo de enseñanza —según el citado docente— por la facilidad con que se respira, dada la posición en el agua: decúbito dorsal, con la boca y la nariz fuera del líquido elemento”. Casi podría decirse que el estilo espalda “es como el crawl invertido en cuanto al batido de piernas”, aunque desde luego varían los movimientos de los brazos.
El profesor Entenza prefiere dividir el entrenamiento en dos fases para obtener los mejores resultados: una fuera del agua, la otra dentro. Empecemos, pues, por las piernas, con el siguiente ejercicio fuera del líquido: sentada al borde de la piscina, “efectúe un batido alternado de piernas, de abajo a arriba y viceversa, con las puntas de los pies hacia adentro”. Este movimiento parte de las caderas, manteniendo las piernas extendidas pero sin rigidez, flexionándolas apenas. Preste atención al centimetraje: “La distancia que separa la punta de un pie del talón del otro se debe calcular entre 20 y 30 centímetros, dependiendo claro está de la altura de la ejecutante”. Dicha práctica debe realizarse en todas las ocasiones posibles para favorecer la mecanización del movimiento. De esta forma, la mente podrá concentrarse sin caer en confusión en otras instancias del aprendizaje.
Ejercicio dentro del agua: de espaldas a la pared de la piscina, con los brazos flexionados y dirigidos hacia atrás sosteniéndose de la garganta de la misma, elevar las piernas hasta la superficie del agua. Comenzar el batido efectuando un movimiento ondulante desde la cadera hasta la punta de los pies.
Proceder a continuación con los brazos: colocarse sobre la superficie del agua en posición decúbito dorsal, con la cabeza un tanto levantada y los pies enganchados en la garganta de la pileta, el brazo derecho (o el izquierdo) extendido hacia atrás, la palma de la mano hacia abajo apoyada sobre el líquido, mientras que el otro brazo queda extendido a lo largo del cuerpo. El brazo derecho acciona girando la mano hacia arriba en forma de cuchara, recorriendo un semicírculo hasta llegar a colocarse a lo largo del cuerpo.
Como en el crawl, se distinguen tres fases: tracción, propulsión y recobro. El manual Aprenda a nadar... nos aporta un dato esencial para alcanzar la mayor perfección en el estilo espalda: “La coordinación responde a seis batidos de piernas por cada ciclo de brazadas, correspondiendo tres por cada brazo”. Si captaron esta indicación, pueden darse por graduadas.
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