DICCIONARIO
Rojo: encarnado, muy vivo
Ultimamente, sorprendió asomando con paso firme al finalizar la noche de domingo timbera de Telefé. Dícese de pequeñas dosis de talento femenino desplegadas en pocos más de diez minutos (el ciclo “Mujeres en rojo”, auspiciado por una marca de tinturas), que hasta ahora han demostrado cómo contar historias inmensamente pequeñas (la Eva de Paula Hernández, sencillísima y efectiva para demostrar cómo hace una chica para ganarse el respeto de un pueblo de 95 mineros, y trocar tanta misoginia en comprensión y cierta paridad; a fin de cuentas, ellos terminan defendiéndola ante la violencia de su ex pareja para que ella pueda seguir adelante con su decisión de ser madre soltera), o chistes visuales (quizá) demasiado grandes (la Fama y la doble de Dolores Fonzi, pergeñadas por Albertina Carri, un corto más parecido a un largo guiño de cinéfila que a una historia breve). En la tele argentina, este tipo de rojo (qué pena) tiene un espacio breve (son solamente cinco emisiones), pero por lo menos es suficiente para visibilizar el trabajo de algunas de las chicas detrás de las cámaras. Quedan todavía tres oportunidades (este domingo, Despedida, de Ana Katz; el 30, Ahora, de Julia Solomonoff; el 7 de diciembre, Rojo, de Lucía Cedrón) para confirmar algo que en Las 12 sospechábamos desde hace rato, y que por fin una empresa (la marca auspiciante de los cortos) ha decidido respaldar: hay en este mundo una diversidad femenina mucho más compleja que la de las vedettes y las modelos, desde ya, y es más que posible hacer ingresar esas figuras en lugares públicos.