Resulta abrumadoramente escasa en las emisiones que pueden sintonizarse cada noche en la televisión vernácula. Quizás, tenga que ver con la pesada herencia que deja la partida vacacional del Emperador de las Noches Machas (verbigracia, Marcelo Tinelli), como sugirió el dúplex entre la muchachada de Videomatch y Jorge Rial en pleno estreno de Intrusos en la noche. Claro que, pensándolo bien, tal vez se deba a que estamos hablando de señores que suelen destacar por una línea de conducta: son personas de una sola idea, y ninguna otra osará jamás cruzar por sus cabecitas afiebradas de tanta testosterona y deseo insatisfecho. Ver, si no, al ex jovenzuelo Pato Galván, que a 10 años y mucho menos cabellera de haber debutado con un ciclo medianochero para adolescentes efervescentes... retorna exactamente con lo mismo, aunque con detalles al tono de los tiempos: las chicas ligeras de ropa son famosas, porque vienen de un reality show, Edda Bustamante hace de dueña de un departamento privado (¡un arranque de originalidad para Canal 2, por favor!) y una azafata exhibe la belleza de sus piernas. Qué decir, por otro lado, de Rial y su concurso de tetas, alegremente reclamado por la troupe (al grito de “¡que vengan las chicas, que vengan las chicas!”). Para qué abundar, también pueden verlo con sus propios ojitos una noche de éstas, pero tomen sus recaudos: la sobreexposición es dañina y sus efectos secundarios, hum, no deben ser demasiado buenos.