¡Ay, la envidia de los muchachos! ¿No les alcanzó acaso con haber producido una obra cuasi espontánea intitulada "monólogos del pene" para contestar al éxito arrasador de "Monólogos de la vagina"? Amén de haber obviado que sobre el pene se habla demasiado –se le pone nombre, se lo compara, se le habla, cosas que hacen los hombres del común y que la mayoría de las mujeres se coserían la boca antes de caer en semejante ridículo–. Bueno, pues parece que no ha sido suficiente y que después de una noche de juerga masculina nació una fiebre que recalentó a las ciudades más distantes del mundo entero y que ahora –más precisamente, el 15 de julio, día en que uno de los creadores australianos de tal engendro, Simon Morley, hará el casting local en Niceto– llega a la Argentina. Se trata de "Marionetas del pene", una obra ¡actuada por penes, para lo cual los actores serán entrenados en la "peneflexia" (o sea, la flexibilidad del pene) y en las artes del humor, aunque no se sabe para qué ya que los protagonistas serán sus falos y no precisamente para realizar piruetas sexuales puesto que éste no es un show de sexo, los sexos son sencillamente actores que prestan su figura a distintos personajes. Hasta aquí, la información. Ahora bien, como la envidia está lejos de ser un patrimonio masculino, queremos advertir que ya son muchas las voces femeninas que preparan la revancha, confiadas en algunas habilidades harto conocidas de sus vaginas que ningún pene podrá conseguir. A saber: fumar, emitir sonidos, teñirse el pelo, morder –hay varones que jurarían que es así–, tragar y hasta escupir. Y por supuesto, parir, que no es poca cosa.