URBANIDADES
Otra vez rosa
› Por Marta Dillon
Y, sí, tal vez peco de amargada, pero la verdad es que cuesta acostumbrarse a que a una le digan feliz día, sonrisa en los labios, flor en la mano –aunque sea en la mano de la recepcionista del trabajo de cada una, ella también con su flor en el florero– después de haber aprendido que el 8 de marzo se recuerda la muerte de 129 mujeres, obreras textiles, que resistían dentro de una fábrica reclamando las mismas condiciones laborales que los varones –incluido el salario– y el derecho a las horas de lactancia. ¿Cómo se atrevieron? ¿No se imaginaban lo que les iba a pasar? Tal vez, la bronca del patrón que cerró la puerta y le prendió fuego a su propia fábrica debe haber sido casi tan angustiante como el fuego. Lo que estoy segura que no imaginaron aquellas mujeres es que su martirio teñiría de pronto las calles de color rosa, los diarios con publicidades de spa y comidas con champagne en oferta ¡y hasta propagandas de electrodomésticos que “rinden homenaje” a “la mujer” en su día! ¿Y quién será “la mujer”? ¿Cómo es que resulta tan sencillo simplificar en un singular que remite a estatua de mármol en plaza pública con apenas un relieve estático y sin fisuras? El martes mismo iba en un taxi cuando empezaban a juntarse las mujeres que, para alivio de las almas de las chicas de la fábrica Cotton, marchan y gritan y se despeinan y se reivindican diversas, trabajadoras, desocupadas, jubiladas y todos los etcéteras que quepan. Algunas de ellas llevaban las pecheras de sus organizaciones piqueteras, cosa que tranquilizó en buena medida al señor taxista. Rápidamente el hombre tomó su radio y advirtió a la central que “los señores piqueteros se estaban concentrando para cortar la Avenida de Mayo”. Está bien, soy amarga, pero no lo podía evitar: “Eran todas mujeres”, le dije, “serán señoras”. Acto seguido el hombre me dio una clase magistral de castellano urbano y me explicó que cuando hay un grupo “se debe referir” en masculino, “justamente para no discriminar”. Además de amarga, soy bruta. Debería haberlo sabido, si es un grupo es masculino, si son sólo mujeres, es singular. Ajá.