ARQUETIPAS
La neurótica
Che, qué bien
que están con Pedro, ¿no?
Sí, re-bien.
Se los ve tan enamorados...
¿En serio?
Tan pendientes el uno del otro...
Uf... sí, demasiado.
¿Cómo demasiado?
¿Sabés que yo no creo que sea bueno estar tan pendiente del
otro?
¿En qué sentido?
En tener ojos solamente para una persona. Te termina jugando en contra.
¿Por qué?
Porque te ponés hinchapelotas, te ponés obsesivo, ¿entendés?
Más o menos. ¿El te hincha a vos o vos lo hinchás a
él?
Viceversa. Yo solamente tengo ojos para él y él solamente
tiene ojos para mí.
¡Es genial!
Más o menos.
¡Están enamorados!
Claro. Pero no te creas que es todo color de rosa.
Qué, ¿se pelean?
No, no.
¿Se aburren?
Para nada.
¿Y entonces?
Qué sé yo.
¡Querida, no escupas contra el viento! ¿De qué te estás
por quejar? ¡No te quejes, por favor te lo pido! ¡Pensá en
todas las que estamos en banda! ¿Qué quiere decir que están
demasiado pendientes el uno del otro? ¿Qué más querés?
No, no me quejo, estoy feliz, pero, ¿viste?
¿Viste qué?
Quiero decir: uno no puede decir ya está, esta persona tiene todo
lo que a mí me hace falta.
¿Y por qué no puede si encontró a esa persona?
¡Porque nadie tiene todo lo que a vos te hace falta! Amar es dar lo
que no se tiene a quien...
Dejate de joder con Lacan y disfrutá a tu pimpollo, boluda.
Ay, ¿sabés que trato? Pero no sé, no sé.