Una de las actividades del programa Ciudades seguras, violencia contra las mujeres y políticas públicas fue la edición de una publicación destinada a periodistas. Se llama La violencia hacia las mujeres en los medios de comunicación. Transformando las noticias, y está concebida como un manual. La idea surgió de una carpeta de prensa entregada el año pasado, cuando el programa se presentó en Rosario. Entonces, gracias a las coordinadoras de la Red Informativa de Mujeres de la Argentina (Rima), Irene Ocampo y Gabriela de Cicco, las integrantes de Ciscsa descubrieron la avidez de los colegas –pero sobre todo de ellas– de contar con herramientas para revisar críticamente la información sobre estos temas. “En principio incluimos un glosario, y también un repertorio de páginas web donde se puede ampliar la información. La idea fue pensar en recursos que contengan una óptica pertinente al programa. A partir de eso empezamos a darle más envergadura a esta carpeta, buscar algunos ejemplos de cómo en la prensa gráfica, que es la más asible, se invisibiliza la violencia contra las mujeres, cómo las notas culpabilizan a las víctimas, o menguan la responsabilidad de los agresores. Y cómo, también, la prensa tiende a pensar la violencia de la mujer como casos excepcionales. Como herramientas, incorporamos material de un manual del Instituto Oficial de Radio y Televisión de España”, contó Maite Rodigou, coordinadora del Programa. El impacto de la publicación puede medirse en un dato: la Alcaidía de Bogotá pidió autorización para reproducir 1500 ejemplares.

El manual forma parte de un aspecto esencial del programa, que es la sensibilización de la ciudadanía. “En ese marco, el papel de los medios es básico en la construcción de opinión pública. O están reproduciendo el discurso social imperante, culpabilizan, responsabilizan, minimizan, o empiezan a transformar la forma de ver la violencia contra las mujeres”, señaló Rodigou. En el manual se señala, por ejemplo, el efecto distorsivo de expresiones como “crimen pasional”, o violencia “por cuestiones de celos” y se desmontan mecanismos de encubrimiento presentes en muchos materiales impresos, ya que lo dicho por radio y televisión es más lábil, a menos que sea captado por alguna cronista y termine en Las 12 en el patíbulo.