En mayo pasado se realizó en Morelia (Michoacán, México), la Primera Cumbre de Comunidades Migrantes Latino Americanas. En su declaración final, se afirma que el principio fundamental para la construcción de las políticas migratorias deben ser los derechos humanos y no las restricciones impuestas por el mercado y las políticas de seguridad. Esas conclusiones se debatieron en Buenos Aires el sábado pasado, en un taller organizado por quienes participaron desde Argentina: la asociación civil de migrantes bolivianas Yanapacuna, la Organización Peruanos sin Fronteras, CEMLA (Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos), y el Programa TODAS de la Dirección de la Mujer. Allí se conformaron varias comisiones de trabajo que volverán a reunirse el próximo 20 de octubre a las 16 hs, en Independencia 20. El objetivo es seguir discutiendo los temas –amplísimos– abordados en los talleres de la propia Cumbre, que van desde cuestiones como “Ni chicha, ni limonada. Identidad y cultura” a “Miradas de género sobre el impacto de la migración”. También “Turismo, servicios y mercados de nostalgia” y “Remesas por matrimonio”, así como ejes vinculados a la trata de personas, los derechos laborales y políticos y las conceptualizaciones de los pueblos indígenas. Además, se evaluaron algunas propuestas de acción: la formación de una Red Internacional de Mujeres Migrantes que no anule las ya existentes; buscar apoyo a proyectos productivos; promover cambios legislativos en los países de destino para el reconocimiento de estudios en los países de origen; transnacionalizar el trabajo de la mujer migrante que se seguirán debatiendo con vistas a la segunda cumbre.