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Por G.V.

El deporte argentino transita una nueva etapa que va más allá de los éxitos o fracasos de sus atletas. Se trata de un período que coincide con la finalización de los Panamericanos donde se obtuvo el séptimo puesto del medallero y que apunta a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Desde el Gobierno nacional se decidió que conduzcan este ciclo el periodista Gonzalo Bonadeo y el ex futbolista Claudio Morresi –aunque no se descartan otros nombres– para reemplazar a los funcionarios que respondían al vicepresidente Daniel Scioli. Esa no es la única señal de cambios, ni siquiera la más importante. Porque el presidente Néstor Kirchner se comprometió a otorgarle a la Secretaría de Deporte la autonomía que había perdido cuando se la juntó con el área de Turismo.
Estas novedades se gestaron la semana pasada durante sucesivas reuniones en la Casa Rosada. Por allí pasaron los ex campeones mundiales del ‘78, Ubaldo Fillol y Julio Ricardo Villa, y también se mencionó para conducir el deporte nacional a Guillermo Vilas y Roberto Perfumo. A excepción de este último, ninguno quedó en carrera para suceder a Germán Pérez, el secretario de Turismo y Deporte saliente. Ni tampoco para cubrir las vacantes dejadas por Víctor Sergio Groupierre y Raúl de Elizalde, los dos funcionarios de mayor rango que acompañaban a aquél en la Secretaría.
Miguel Núñez, el vocero presidencial, sugirió a Bonadeo; un grupo de militantes cercanos al periodista Miguel Bonasso impulsó a Morresi y así, luego de febriles encuentros entre el miércoles 20 y el viernes 22, se avanzó en dos caminos. Con el aval del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, quedó en pie una propuesta a Bonadeo para que reemplace a Pérez y otra a Morresi para que ocupe el lugar de De Elizalde: la Coordinación Ejecutiva de Desarrollo y Fomento Deportivo. O sea, el área de deporte social en la que el ex volante de Huracán, River y Vélez se sentiría más a gusto para trabajar.
La situación más complicada es la del periodista deportivo de radio y televisión, ya que, en principio, no está dispuesto a abandonar su actividad en los medios. “Yo no voy a dejar mi carrera. Incluso, ya estoy preparando todo para el 2004 y los Juegos de Atenas”, comentó Gonzalo cuando lo consultó La Voz del Interior. No obstante, los hombres de Kirchner insistieron e incluso se mostraron dispuestos a mediar para que el candidato más firme a la Secretaría de Deporte no tuviera dificultades laborales si acepta conducirla.
Otra situación clave, que condiciona la predisposición a aceptar los puestos más altos del renovado organismo que funciona en el Cenard, es si el denominado Foro Social –definido como “las entidades deportivas en manos de sus socios”– acompaña la llegada de Bonadeo y Morresi. Allí participa un encumbrado funcionario del Gobierno, como el canciller Rafael Bielsa.
Sea como fuere, el presidente Kirchner aspira a que mañana se conozcan las flamantes autoridades del deporte nacional. De ese modo mataría dos pájaros de un tiro: las presentaría cuando anuncie que los partidos de las Eliminatorias del Mundial 2006 serán emitidos en directo para todo el país por la televisión abierta.