Lunes, 29 de agosto de 2016 | Hoy
FúTBOL › RIVER HIZO UN PARTIDO CASI PERFECTO Y VOLVIó A FESTEJAR EN EL MONUMENTAL
Con una gran actuación colectiva, el equipo de Gallardo le ganó 4-1 a Banfield, para cerrar de la mejor manera una semana que incluyó la obtención de la Recopa Sudamericana.
Por Daniel Guiñazú
River cerró una semana de ensueño futbolero. El jueves pasado celebró la retención de la Recopa Sudamericana. Y anoche siguió la fiesta. Pero esta vez los fuegos de artificio no se encendieron en el cielo sino sobre el verde césped del Monumental. El 4-1 que le estampó a Banfield revela más una gran actuación que una goleada con todas las letras. Andrés D’Alessandro, Gonzalo Martínez e Ignacio Fernández, los tres generadores del juego del equipo de Marcelo Gallardo, estuvieron inspirados. Y en torno de ellos, a puro toque, circulación y movilidad, River armó un festival que recién en el segundo tiempo, encontró la contundencia que le había faltado en el primero.
Desde el arranque mismo, Banfield lo vio pasar de largo a River sin poderlo agarrar. Julio César Falcioni dispuso un 4-4-1-1 previsible y cauteloso que no le sirvió de nada. Porque en la primera pelota que tocó, D’Alessandro dejó en claro que estaba dispuesto a jugar acaso su mejor partido desde que regresó. Y como el fútbol básicamente es contagio, alrededor de D’Alessandro, su zurda pícara y su capacidad para andar por todos lados, se fueron sumando Ignacio Fernández (que arrancó algunos metros por delante de Ponzio pero también recorrió toda la cancha) y “Pity” Martínez, que subió y bajó toda la banda izquierda, con la habilidad y el atrevimiento que siempre se le reconocieron y con una solidaridad y un compromiso colectivo que ultimamente parece haber adoptado.
River fue ancho pero no profundo en el primer tiempo. Estiró la cancha por los costados con las trepadas de los laterales Moreira y Casco que más que marcadores, fueron verdaderos extremos por sus bandas. Pero se le fue la mano con los centros. Por eso, su dominio vistoso y su monopolio en la posesión de la pelota no tuvieron relación con las situaciones que generó. Después del gol de cabeza de Driussi a los 3 minutos, no llegó más hasta que a los 39 minutos, en una jugada fuera de contexto, Erviti lanzó un centro con el revés de su botín derecho y Silva, también de cabeza, anotó el empate. Nada más injusto.
El gol de Alario a los 4 minutos del segundo tiempo tras un rechazo corto del propio Silva, sonó como un tiro para el lado de la justicia. River merecía ir ganando y Banfield no merecía estar empatando. El Millonario volvió a pisar el acelerador para ponerse a resguardo de sorpresas desagradables. Y aunque dos cabezazos de Silva sembraron inquietud en las tribunas del viejo estadio, a la larga terminaron prevaleciendo el toque, la circulación, la movilidad, la pelota cruzada a los costados, los jugadores apareciendo por todos lados. En suma, los ricos conceptos de un equipo que, con su autoestima bien en alto, quizás se haya arrimado al fútbol que Marcelo Gallardo pretende para esta nueva etapa. Los goles de D’Alessandro y “Pity” Martínez le dieron forma a una goleada que no miente ni exagera. River fue tanto más que Banfield que hasta parecieron pocos, los aplausos levantados del final.
Estadio: River
Arbitro: Fernando Rapallini
Goles: 3m Driussi (R), 39m Silva (B), 49m Alario (R), 71m D’Alessandro (R) y 73m G.Martínez (R).
Cambios: 46m Remedi (4) por Bertolo (B), 62m Larrondo por Driussi (R), 68m Asenjo por Cobo (B) y 74m Alonso por Alario (R), Andrade por D’Alessandro (R) y Sporle por Sarmiento (B).
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