FúTBOL › VELEZ SE LLEVO UN PUNTO DE LA BOMBONERA, EN UN PARTIDO JUGADO CON INTENSIDAD
Bianchi le dio un disgusto a Boca
Palo y palo, golpe a golpe. Gol de Zárate, gol de Alcaraz en contra, gol de Clemente Rodríguez, gol de De Souza, golazo de Vargas y, a 7 minutos del final, gol del pibe Santiago Bianchi, que dejó lacrado el 3 a 3 cuando los boquenses paladeaban la victoria. Resultado justo en un partido entretenido.
Por Juan Jose Panno
Al final del partido, y mientras la mayoría de los jugadores de Boca le reclamaba de todo al árbitro Elizondo y la mayoría de los jugadores de Vélez levantaba los brazos en señal de triunfo por el empate conseguido, Abbondanzieri y Peratta se pegaron un abrazo solidario en la mitad de la cancha. Parecía que se estaban consolando mutuamente por las tres veces que cada uno tuvo que ir a buscar la pelota al fondo del arco. En realidad, los arqueros no tuvieron responsabilidad en los goles, aunque en el caso del de Boca queda condenado por este dato: Vélez llegó en cuatro o cinco ocasiones, y la metió tres veces. En favor de Peratta, en la comparación del rendimiento de los arqueros hay que anotarle el penal que el atajó a Guillermo Barros Schelotto, intuyendo la dirección del remate. Peratta tuvo un poco más de trabajo que Abbondanzieri, lo que marca alguna distancia entre la producción ofensiva de ambos equipos, pero eso no necesariamente indica merecimientos. El empate, en realidad, le queda bastante bien al partido.
Los de Vélez se abrazaron al final porque rescatar un punto de la Bombonera no suele ser un mal negocio y porque les había dado buen resultado la voluntad de pelear cada pelota como si fuera la última, lo que contribuyó a empatar primero 2 a 2 y después 3 a 3 en circunstancias que no parecían las más favorables.
Los de Boca le reclamaban al árbitro por las demoras perpetradas por los rivales en los minutos finales, porque decían que Zárate le había hecho foul a Schiavi en la jugada del 3 a 3 y porque de algún modo necesitaban descargar en alguien la bronca por la victoria que se les había escurrido. En realidad, si los de Boca creen que tiene que encontrar un responsable por la victoria que no se dio deberán mirar primero hacia adentro y aceptar que no tuvieron continuidad, que dejaron agrandar a Vélez en el segundo tiempo y que algunos jugadores están lejos de su mejor nivel. De nada de eso tiene la culpa Elizondo, ni tampoco de los méritos de los jugadores de Vélez, que atacan poco y no desperdician nada.
Más allá del gustito amargo que deja casi siempre un empate en la Bombonera, y mucho más cuando el que iguala es el rival, los de Boca anotarán en el haber a la hora del balance final las buenas actuaciones de Vargas y Marinelli, y la recuperación de Clemente Rodríguez, que no andaba bien y levantó bastante, ganándose más de una ovación. Los mejores momentos de Boca giraron en torno de los tres jugadores mencionados, que también tuvieron que ver con los goles. Vargas hizo uno, dio el pase de otro y participó en la génesis del restante; Clemente hizo un golazo y Marinelli obligó a Alcaraz a cabecear contra su propio arco en uno de los goles.
En el debe, Boca registrará que Cardozo esta vez fue absorbido por la marca, que Guillermo anda torcido, que Tevez no termina de engranar y que Jerez no pegó una.
Del otro lado, Zárate –que hizo un gol y propició otro– y Jonás Gutiérrez –por todo lo que aportó desde su costado– fueron los más destacados en un equipo que no juega lindo, pero tiene un rendimiento parejito, mete mucho y anda con viento a favor.
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