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Más por arriba que por abajo
Por Diego Bonadeo
Menos de un minuto después de que el contador de historias que el servicio de informaciones de la corporación Torneos y Competencias tiene habitualmente acreditado en las tangentes de los bancos de suplentes de los equipos locales, refiriera a supuestos ruegos del técnico Carlos Bianchi para que Boca “jugara por abajo”, la histórica receta “centro del Mellizo, gol de cabeza de Palermo” se le “representó” –como diría genialmente la Catita de Niní Marshall– a la hinchada de Boca con el centro de Guillermo y el cabezazo conjunto de Marinelli y Alcaraz para el empate en uno.
Y esto tiene que ver con la pretendida incidencia de las directivas de los técnicos de jugadores y equipos a su cargo durante los partidos, en especial si hay mucho público en las tribunas, el estadio no es “abierto” como no lo es el de Boca y los que están en la cancha a veces hacen como que oyen, pero generalmente ese “hacer como oír” es tan para la tribuna y para la cámara de piso del que tiene en exclusividad los derechos hasta 2014 como los gestos y dichos de los técnicos durante los partidos.
Por otra parte, el contradictorio “por abajo” de Bianchi, en el caso de que así haya sido y no sea solamente producto de la corta imaginación del informante de las historias innecesarias, en poco tiene que ver con su historia de técnico de equipos –casi todo Vélez y gran parte de Boca– prácticos y pragmáticos, y lo de la dosis de suerte que pudieron haber tenido corre por otro carril (escasos de enganches, profusos de recuperadores y especialistas en lanzamientos a suerte y verdad).
Su historia, la de técnico de fútbol, pasó mucho más “por arriba” que “por abajo”.
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