Aunque se esperaba un atractivo choque de estilos entre dos conjuntos dirigidos por entrenadores que predican distintas filosofías de juego, el encuentro resultó muy deslucido. Cuando los insultos crecían y los hinchas de Colón mostraban su descontento con el rendimiento del equipo, Esteban Fuertes cabeceó al gol el último centro de la tarde para establecer el tanto del triunfo por 1-0 que logró el equipo de Francisco Maturana sobre el de Carlos Bilardo. No obstante, los tres puntos fueron un merecido premio para Colón que, aun con un hombre menos, buscó siempre el triunfo, con mucha más voluntad que fútbol. Dominó territorialmente el partido, pero en ataque no fue claro y no consiguió herir a su rival: amontonó demasiados jugadores cerca del arco de Docabo sin generar peligro. Estudiantes esperó casi siempre. Trató de ser prolijo para salir de contragolpe, aunque muy pocas veces lo logró. El cabezazo de Fuertes cambió los insultos por aplausos para quitarle un poco de presión a Maturana.