FúTBOL › SON LOS FUTBOLISTAS QUE ASPIRAN A CORONARSE DURANTE EL MUNDIAL, COMANDANDO A SU SELECCION O REVENTANDO LAS REDES
Los príncipes de la Copa
Una guía para discutir de lo único que se hablará a partir del viernes. ¿Verón será más figura que Raúl, Rivaldo, Beckham, Totti o Figo? ¿Batistuta o Crespo gritarán más goles que Owen, Tristán, Henry, Trezeguet o Vieri? ¿Resucitarán Caniggia y Ronaldo? ¿Se consagrarán Aimar, Ronaldinho, Recoba, Larsson o Vieira? Todas las respuestas a esas preguntas.
› Por Ariel Greco
Quién será el mejor jugador del Mundial? ¿Qué nuevo ídolo surgirá? ¿Quién será el goleador? ¿Quién no rendirá de acuerdo con sus antecedentes? Uno de los juegos más apasionantes de todo futbolero antes de cada Mundial es intentar predecir qué jugadores trascenderán los resultados y el maratón de partidos para convertirse en las grandes figuras de la Copa del Mundo. Líbero introduce un guía para tener en cuenta en cualquier charla.
¿El Rey está?
Consagrado como el mejor jugador del Mundial Francia ‘98, Zinedine Zidane llegaba al torneo con el objetivo de retener su trono. Sin embargo, un posible desgarro en la victoria 3-2 ante Corea, ayer, puede dejarlo sin posibilidad de defender su corona en la cancha (ver aparte). A partir de su deslumbrante actuación en todo el torneo y de sus dos goles en la final ante Brasil, el francés se ganó con justicia el título del mejor futbolista del mundo. Claro que sus méritos no quedaron allí. Lideró a Francia en la conquista de la Euro 2000 y justificó los más de 60 millones de dólares que pagó Real Madrid para convertirlo en el futbolista más caro del planeta con esa volea mágica que les dio a los españoles su novena Copa de Europa. Ahora parece que se lo perderá. Una lástima.
Los que van por su corona
Varios son los futbolistas de elite que viajaron a Japón y Corea en busca de su consagración definitiva como número uno. Primeras figuras en su equipos, ídolos en sus países, en esta Copa del Mundo tendrán que afrontar un duro examen: rendir de acuerdo con sus antecedentes en la máxima competencia de selecciones para legitimizar sus aspiraciones y ser considerados el mejor. Jugadores supercotizados como Raúl, Rivaldo, Juan Sebastián Verón, David Beckham, Francesco Totti o Luis Figo se deben a sí mismos un rendimiento sobresaliente ya que, a pesar de sus trayectorias, todavía no brillaron en un Mundial.
Raúl llega al torneo luego de una temporada algo irregular a nivel personal, aunque tuvo una incidencia decisiva en la obtención de la Copa de Europa para el Real Madrid. Claro que a pesar de ser una estrella mundial, con la selección española todavía nunca pudo lucirse en todo su esplendor. Pasó inadvertido en Francia ‘98, en un equipo que ni siquiera superó la primera ronda, y quedó marcado como responsable de la eliminación en los cuartos de final de la Euro 2000 al fallar un penal en el último minuto ante Francia. Según el entrenador José Antonio Camacho, “Raúl debe tirar del carro” para que España tenga una actuación que supere los últimos desencantos.
Para Luis Figo, el de 2002 será su primer Mundial. Líder natural de una generación de futbolistas que superan la media histórica del fútbol portugués, para Figo la responsabilidad es doble. Tras una temporada muy floja, en la que recibió críticas durísimas al no justificar la inversión que hizo Real Madrid, su desafío es comandar una selección que despertó muchas expectativas por sus actuaciones en la Euro 2000, donde llegó a semifinales, y en las eliminatorias, donde postergaron a Holanda.
Un caso bastante parecido es el de Juan Sebastián Verón. Tras convertirse en la transferencia record del fútbol inglés, el ex volante de Estudiantes y Boca no conformó con su rendimiento, situación que se potenció a partir de que su equipo, Manchester United, no ganó ningún título en la temporada. Sin embargo, Verón encontró en la Selección de Bielsa un sitio en el que se transformó en una pieza vital en la estructura que propone el entrenador. Y con la chapa de candidato de Argentina, su rol de conductor y dueño del equipo le otorgan una chance muy concreta de consagrarse definitivamente.
David Beckham, su compañero en el Manchester, es otro de los aspirantes firmes. Niño mimado de la prensa, su lesión convulsionó a toda Inglaterra, que lo considera fundamental para tener aspiraciones de título. Con sed derevancha por la expulsión que sufrió ante Argentina en 1998 y por la que lo responsabilizaron de la eliminación, Beckham arriba a Japón como héroe, luego de anotar de tiro libre el gol de la clasificación ante Grecia. La gran incógnita pasa por saber en qué estado llegará, ya que no juega un partido desde hace siete semanas.
En un equipo que no se caracteriza por su brillo, Totti es uno de los pocos jugadores capacitados en otorgárselo. Pero, como varios otros candidatos, pisa el Mundial con algunas complicaciones físicas, que le impidieron estar presente en los últimos amistosos. Allí quedó en evidencia su importancia, ya que Italia decepcionó con sus actuaciones. Por eso, tanto la prensa como los tifosi mantienen puesta todas sus esperanzas en el retorno del romano, que fue uno de los mejores jugadores del Calcio en esta temporada. Si Italia llega lejos, mucho tendrá que ver el aporte de Totti.
Otro integrante infaltable en este grupo selecto es Rivaldo. El brasileño también sufrió una temporada con altibajos por las molestias en su rodilla, pero de acuerdo con los informes médicos su estado para el torneo será óptimo. No exhibe tanta chapa por la oscuridad que mostró Brasil en los últimos tiempos, pero su jerarquía está más que probada, y suele aparecer en los momentos más difíciles de su equipo.
Los que quieren el Botín
El Botín de Oro al goleador del Mundial es uno de los trofeos más preciados para un futbolista. Sin embargo, no siempre se lo adjudicó un artillero de renombre, y lo más curioso es que, varias veces, ese presente brillante en la Copa no se tradujo en el resto de la carrera. Los ejemplos más llamativos son los del italiano Salvatore Schilacci, máximo anotador en Italia ‘90; y el ruso Oleg Salenko, artillero en Estados Unidos ‘94. Ni antes ni después lograron reeditar ese momento de gloria. Hasta el croata Davor Suker, goleador en Francia ‘98, declinó su rendimiento a partir de ese logro, más allá de sus declaraciones en las que afirmó que va a Oriente a defender su conquista.
Pese a los diversos factores que influyen –una racha, una lesión, una eliminación prematura–, hay varios candidatos cantados para llegar a la cima, con la posibilidad de batir además la marca de los seis goles, cifra que nadie consigue desde Grsegorz Lato en Alemania ‘74. La Argentina, por lo pronto, se juega dos fichas, Hernán Crespo y Gabriel Batistuta, dependiendo de la elección final de Bielsa. Los dos no llegan en su mejor momento, ya que a lo largo del año padecieron varias lesiones. Sin embargo, su poder de gol y las chances del equipo los ponen en primer plano de consideración. Para Crespo es la revancha de lo ocurrido en Francia, donde llegó falto de fútbol y jugó muy poco. Incluso marró un penal en la definición ante Inglaterra. Para Batistuta, una buena cosecha lo llevaría a convertirse en el goleador histórico de los Mundiales, lauro que ostenta Gerd Muller con 14 tantos. Entre el ‘94 y el ‘98, Bati convirtió nueve tantos.
Michael Owen, Diego Tristán, Thierry Henry, David Trezeguet o Christian Vieri son otros aspirantes naturales. Luego de su fulgurante aparición en Francia, Owen llega a Japón y Corea como la principal carta de triunfo de Inglaterra. Si bien las lesiones lo persiguieron en buena parte de la temporada, sobre el final consiguió continuidad y retornó a su nivel. Sus mayores virtudes son la gambeta en velocidad y la frialdad para definir. Además, potencia su rendimiento en la selección. Tristán, pichichi de la temporada, fue uno de los artífices de la gran campaña de La Coruña, campeón de la Copa del Rey y animador destacado de la Champions League y la Liga de España. Es temible por su capacidad para el juego aéreo y los recursos con que cuenta para definir frente al arquero.
Henry y Trezeguet son las principales vías de gol de Francia y desembarcan en óptimo estado en el Mundial, más allá de la molestia que viene sufriendo el delantero del Arsenal. Trezeguet terminó el año comomáximo goleador del Calcio y fue pieza clave en el Scudetto ganado por la Juventus. Henry finalizó tercero en la tabla de goleadores de la Premier League, con lo que se transformó en un baluarte en los títulos de Liga y la Copa FA del conjunto de Highbury.
Por el retorno a la gloria
Ocho años después de su último gol para la Selección Argentina, el destino le puso a Claudio Caniggia a Nigeria otra vez en el camino. Desde aquel derechazo con comba al segundo palo de Rufai –luego del célebre “Diego... Diego...” en el tiro libre previo– que Caniggia no anota un gol con la camiseta con la que más rindió en su carrera. Por eso, a los 35 años, Japón y Corea aparece como una oportunidad extraordinaria para poner el broche de oro a su carrera. Ignorado por Daniel Passarella en Francia ‘98, el delantero del Glasgow convenció a Bielsa y probablemente hubiese sido titular sin esa distensión que casi lo deja afuera del avión. Es cierto, pasaron doce años desde aquel verano italiano en el que deslumbró con su gambeta, velocidad y los goles a Brasil e Italia. Pero sus ganas están intactas, y en un jugador de su clase no es poca cosa.
Tras la final en el Stade de France, en la que nunca quedó del todo claro por qué jugó, los partidos que disputó Ronaldo se pueden contar con las manos. Las repetidas lesiones en sus rodillas casi lo convirtieron en un ex futbolista. Sin embargo, cuatro años más tarde, Luiz Felipe Scolari le dio toda la confianza para que sea el centrodelantero titular de Brasil. Pese a que en la puesta a punto parecen faltarle un par de meses para llegar a su esplendor, la magia que despierta Ronaldo invita a abrirle el crédito. Su fútbol se lo merece.
Las promesas
Para muchos futbolistas, Japón-Corea puede ser la plataforma para su despegue definitivo a la cima del fútbol mundial. Para ello deben a confirmar lo que insinuaron en su etapa de juveniles o lo que vienen demostrando en sus equipos. En ese grupo se destacan Pablo Aimar y Ronaldinho Gaúcho. Luego de un año de adaptación, el volante argentino retornó a su nivel y se convirtió en una pieza importante en el título conseguido por el Valencia en la Liga española. Si bien todo indica que en el arranque no será titular, es un jugador muy considerado en la visión de Bielsa, por lo que va a tener oportunidades. Y, a partir de su talento, es muy posible que se gane un lugar en el equipo y sea una de las figuras del torneo.
Si bien las estrellas de su equipo son otras, para Ronaldinho éste puede ser su Mundial. No deslumbró en su primera temporada en el fútbol francés, pero en los últimos meses volvió al nivel que había exhibido en sus comienzos en Gremio. Además, en el esquema de Luiz Felipe Scolari encontró un lugar en el que hace pesar toda su habilidad, ya que arranca desde atrás con mucho panorama para elegir la mejor opción. Es otro de los futbolistas que puede tener su consagración en Japón.
Nigeria también tiene su niño mimado. Se llama Bartholomew Ogbeche y tiene 18 años. Ya comprado por el PSG, Ogbeche se ganó un lugar como centrodelantero y es la gran esperanza de Las Aguilas Verdes. Sin tanto nombre, otros jugadores para tener en cuenta son el danés Jon Dahl Tomasson, delantero del Feyenoord ya comprado por el Milan; el uruguayo Alvaro Recoba, el sueco Henrik Larsson, el francés Patrick Vieira o el japonés Hidetoshi Nakata.
Jugadores para ver
Es muy probable que no sean las grandes figuras y que ni siquiera integren los equipos ideales tras el torneo. Sin embargo, con seguridad regalarán momentos de fútbol para no perderse. De ese grupo, el paradigma es el nigeriano Augustin “Jay Jay” Okocha. Seguramente en una selección con aspiraciones de título no sería titular, pero el volante del PSGsiempre tiene guardada alguna gambeta para deleitar. En el mismo plano, el brasileño Denilson también tiene lo suyo. Sus slaloms por izquierda llevan marca registrada y el Mundial puede ser una buena oportunidad para reactivar su carrera.
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