FúTBOL
Fórmelo usted mismo
Por Juan Jose Panno
Quién puede formar dos selecciones tal como lo hizo Argentina en estos días? Brasil, seguramente; tal vez Francia, Inglaterra, Alemania y paremos de contar. Objetivamente, pocos entrenadores en el mundo pueden darse el lujo de armar dos equipos de primerísimo nivel tal como lo hizo José Pekerman, condicionado por el tema de la altura de La Paz, y favorecido, a la vez, por las posibilidades que le ofrece la calidad en cantidad de los muchos futbolistas a su disposición.
Contra Bolivia jugaron:
Abbondanzieri; Cufré; Burdisso; Milito; C. Rodríguez; Scaloni; Duscher; Cambiasso; Maxi Rodríguez; Galletti; Figueroa.
Después entraron: Ponzio, Zárate y Palacio.
No ingresaron: Lux, Daniel Díaz, Belluschi, Bernardi. Viajó, pero no estuvo ni en el banco, Gonzalo Rodríguez.
Contra Colombia, pasado mañana en el Monumental, es probable que jueguen estos once:
Abbondanzieri; Coloccini; Ayala; Heinze; Zanetti L.; González; Mascherano; Placente o Sorin; Riquelme; Saviola; Crespo.
Como arquero suplente queda Franco.
Al margen de estos 31, Pekerman había citado a Aimar y a César Delgado, finalmente desafectados porque no estaban físicamente bien. En total 33 jugadores, 3 equipos completos.
Si Pekerman se propusiera armar dos cuadros más, en el nivel de los mencionados podría hacerlo fácilmente. Veamos una variante.
Costanzo;Ibarra; Demichelis; Samuel; Arruabarrena; Solari; Simeone; Verón; Gallardo; Tevez; Cavenaghi.
O bien:
Cavallero; Ferrari; Fuentes; Pochettino; Mareque; K. González; Michelini; D’Alessandro; Montenegro; Ortega; Farías.
Y además quedarían en una eventual lista de espera: Rosales, Diego Milito, Saja, Messera, Maxi López, Pavone, Sixto Peralta, Insúa, Leandro Romagnoli, Martín Romagnoli, Manso, Lucchetti, mientras surgen con fuerza pibes como Sosa, Zavaleta, Peirano, Gago, Ledesma, Vitti, Ustari... siguen las firmas.
La cosa no es de ahora. También para las Eliminatorias del ’73 se habían armado dos equipos: el que jugó en el llano y aquel denominado “fantasma” que le ganó a Bolivia en la altura. Además del archinombrado Oscar Fornari, autor del gol con el que se ganó ese partido, integraban el equipo futbolistas que después adquirieron mucha notoriedad. Miguel Ignomirielo condujo ese cuadro que aquel día formó así: Carnevali; Glaría, Bargas, Tagliani, Cortes; Telch, Galván, Poy; Fornari, Ayala, Kempes (reemplazado por Bochini). Muchos de ellos integraron después el plantel que viajó a Alemania en el Mundial del ’74.
Cuentan orgullosos los veteranos que, en la década del ’40, se podían formar delanteras de Selección al por mayor y había veces en que Tucho Méndez, Moreno, Labruna o Pedernera no tenían lugar porque había otros jugadores que rendían en un nivel superior. En el ’78 se quedaron afuera del Mundial Diego Maradona, Vicente Pernía, Roberto Mouzo, Juan José López, Hugo Gatti y Ricardo Bochini, nada menos. En esos tiempos, en cada club había por lo menos tres o cuatro cracks.
Hoy, pese a que pateen en contra dirigentes e intermediarios sin escrúpulos y entrenadores de divisiones inferiores sin idea, siguen apareciendo jugadores. Florecen casi milagrosamente. Dicen que, en estas tierras, tirás una semilla en cualquier lado y te crece una planta. Siguiendo el mismo razonamiento, tirás una pelota al aire y crece un futbolista. No hay más potreros, ni empedrados que ayudan al manejo, pero los buenos jugadores salen de los colegios, de los campitos, de los clubes que sobreviven, de los barrios pobres y hasta de los countries.
Vale la comparación: ¿qué sería del campeonato italiano si no hubiera tantos extranjeros y sus figuras emigraran tal como ocurre en la Argentina? ¿Qué sería del campeonato español?
Se puede estar de acuerdo o no con los elegidos por Pekerman, y antes con los de Bielsa; con los que se aventuran en esta página y con los que llame el próximo director técnico; pero lo que no cambiará es la posibilidad de que cada uno arme su propio rompecabezas. Porque piezas nunca faltarán.