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Frente al abismo
Por facundo martinez
Tres derrotas consecutivas en el torneo local, una derrota inesperada ante la Liga Deportiva Universitaria de Quito por la Libertadores: demasiados golpes para un equipo que se presumía bien rumbeado en ambos frentes; que jugaba bien y marcaba goles en el torneo local, que ganaba sólidamente en la Copa. Entre aquel momento de River y éste, una brecha enorme, oscura, que contempla bajones en los rendimientos individuales y, por supuesto, problemas de vestuario que afectaron, y de qué manera, la armonía del grupo. Cierto es que de tales abismos se puede volver regenerado, más fuerte y confiado en sus propias mañas, pero ése no fue el caso de River.
Tenía un semestre espectacular por delante, pero esta seguidilla de caídas comienza a alejarlo de sus objetivos. Sus chances en el Clausura, que habían disminuido con las derrotas ante San Lorenzo y Olimpo, bajaron sensiblemente con esta nueva caída frente a Boca: de ahí la bronca de Mascherano, Lucho González y Costanzo cuando Elizondo dio por finalizado el encuentro. Vélez quedó a seis puntos y matemáticamente no es imposible alcanzarlo, pero la realidad es que River cedió terreno y que de ahora en adelante, para levantar cabeza, no le queda otra alternativa que ganar.
La caída frente a Boca es un duro golpe a la autoestima del equipo de Astrada, que a pesar de sus problemas llegó a la Bombonera con expectativas altas. Boca no atraviesa un buen momento futbolístico y River tenía aire como para llevarse un triunfo. El plantel lo necesitaba para ser catapultado anímicamente, para reconstituir la confianza en el grupo, acaso para olvidar el affaire Ameli-Tuzzio que, no hay dudas, complicó. No se le dio. Abbondanzieri tapó muchas y las otras, se definieron mal.
Nada de otro mundo, pero así son las cosas: el jueves habrá revancha, y River tendrá que trabajar rápido para no quedarse sin nada. Recibirá a los ecuatorianos en el Monumental, va a arrancar un gol abajo y no parece ser mucho el esfuerzo que necesita para dar vuelta el marcador; será el partido más importante para Astrada y Cía, no hay más margen: puede ser el primero de la remontada, o el próximo de una racha oscura, que no se esperaba, y quizás no se merecía.