FúTBOL › EMPATO EN EL ULTIMO MINUTO UN PARTIDO INTENSO QUE TUVO DE TODO
Boca, con más suerte que cabeza
Guillermo Barros Schelotto se encontró con un regalito y clavó el 2-2 definitivo, cuando parecía inexorable la derrota. El cuadro de Basile buscó demasiado por arriba y generó mucho más que Central, al punto de que Ojeda fue figura.
Por Juan José Panno
Lo primero que hay que decir es que Boca no merecía perder; o tal vez que Boca no jugó bien; o que es difícil jugar bien cuando el rival se mete tan atrás; o que Central jugó lo que pudo y lo complicó más de la cuenta a Boca; o que Central tuvo suerte cuando estaba para aguantar el empate y se encontró con el segundo gol: o que el que tuvo suerte fue Boca porque se benefició con la pifiada de un rival en el empate definitivo; o que Boca no juega mejor porque no encuentra variantes de ataque; o que Central empató de puro Ojeda; o que, como consecuencia de todo lo que se dijo hasta aquí, todos se fueron de la Bombonera tratando de acomodar sentimientos de alegría, bronca, ilusión y desengaño después de una prototípica tarde de fútbol.
El partido no fue brillante, pero resultó entretenido, y mantuvo la expectativa y la incógnita por el resultado hasta el último instante. La primera emoción llegó casi con la pitada inicial. Dos minutos y Central en ventaja. Pelotazo recto de Ferrari y volea de Alemanno entre los centrales de Boca y Abbondanzieri. Preciso y contundente. Si el cuadro de Cufaro Russo tenía intenciones de armar dos líneas de cuatro, el gol madrugador reforzó la idea. Leonforte, Raldes, Fassi y Rivarola en la primera trinchera; Díaz y Calgaro sosteniendo la estructura, Ferrari y Papa más abiertos. Todos de guardia en las cercanías de Ojeda, cubriendo el bombardeo.
Boca tiró mil centros frontales en el primer tiempo pero no generó ninguna situación de peligro. Cuando Morel no se quedaba corto, Insúa se pasaba o Ibarra encontraba la cabeza de los centrales, Palacio la tiraba a las manos de Ojeda o Palermo no cabeceaba fuerte. Sólo en el final del primer tiempo Gago mostró que la pared corta podía ser una alternativa interesante y se juntó con Bilos y Palacio. A una de esas jugadas le falló el penúltimo toque; otra generó una falta en el borde del área que no pudo aprovechar Insúa. A propósito, Insúa jugó discretamente. Manejó bien la pelota, pero no pesó; no se la quitaron, pero tampoco arriesgó; insinuó pero no concretó. No le va resultar fácil despegarse la etiqueta de jugador sin alma.
Todo lo contrario de Bilos, que tiene menos clase y menos técnica, pero parece haber nacido para ídolo en Boca. A mitad de camino entre uno y otro, Palacio, que anda bajo y no termina de exponer todo su enorme repertorio de virtudes. Si esos tres andan bien, si Gago consigue un poco más de exactitud en las entregas y en sus intentos de media distancia (es lo que el faltó ayer) y si Palermo no es buscado como única vía de ataque (con lo cual, con doble marca, se lo anula fácilmente), Boca puede conformar un ataque muy poderoso. Necesita tiempo y que los resultados acompañen para que ese tiempo se pueda manejar sin urgencias. Llegó más que Central, pero poco en relación con el tiempo de que dispuso la pelota. Lo pudo ganar después del cabezazo de Bilos que significó el 1-1; lo pudo perder cuando Cardozo se chocó con la pelota y desacomodó a Abbondanzieri y finalmente lo empató cuando Barros Schelotto se encontró con una pelota que le sirvió en bandeja Villa. Empató Boca y está bien. Está bien que haya empatado pero no está bien Boca; todavía está crudo, le falta un golpe de horno, cuanto menos.
Boca-2
Central-2
Estadio: Boca.
Arbitro: Angel Sánchez.
Goles: 2m Alemanno (C); 77m Bilos (B); 80m Cardozo en contra (C) y 90m Barros Schelotto (B).
Cambios: 45m Cardozo (5) por Vargas(B); 75m Vitti por Alemanno (C) 90m Moreira por Díaz (C).