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Desde la caída ante San Lorenzo en la quinta fecha, el rendimiento en números del Boca de Alfio Basile resultó casi óptimo. Encadenó una racha de cinco victorias seguidas, igualó como visitante ante River y el sábado superó 2-1 a Newell’s para afirmarse en la punta del Apertura. Además, a partir del plantel y de las variantes con las que cuenta el entrenador, la sensación generalizada es que Boca tiene todas las cartas para quedarse con el campeonato. Sólo Vélez, que tras su victoria 2-1 ante Gimnasia de Jujuy lo sigue a un punto, se mantiene con aspiraciones reales de pelearle. Gimnasia, a 5 unidades; Argentinos, a 6; Independiente, a 7; y Banfield, Estudiantes, Olimpo y San Lorenzo, a 8, no parecen tener aire suficiente como para luchar hasta el final.
Pero, más allá de las diferencias matemáticas con el resto de los equipos, a Boca le cuesta un enorme esfuerzo marcar esa superioridad sobre el terreno de juego. Durante esta racha exitosa, sólo frente a Quilmes logró prevalecer con claridad, el día que se impuso 4-0 pese a pasarla mal en los primeros minutos. Sus últimos dos triunfos fueron, de local, ante los conjuntos más flojos del Apertura, Tiro Federal y Newell’s, y apenas los pudo superar por un gol. Y en ambos casos, el trámite fue casi calcado: ganaba, dominaba el desarrollo, pero en una jugada aislada le empataron el partido. Luego de esa circunstancia, ya no le fue tan fácil marcar diferencias y terminó festejando con lo justo.
Claro que lo más curioso resulta lo sencillo que se les hace a los adversarios marcarle goles, por más que Boca aparente tener todo controlado. Le sucedió ante Tiro Federal, cuando Javier Cámpora le convirtió el 1-1 parcial tras un corner, en el primer avance del conjunto de Jorge Solari. Lo mismo le pasó ante Newell’s, que en el único tiro al arco que tuvo en la primera mitad, Belluschi le empató el encuentro. Y hasta en la Sudamericana le pasó algo parecido, cuando en tiempo de descuento le ganaron un partido que había manejado con mucho criterio.
De la misma forma, el poder ofensivo con el que cuenta Boca le permite resolver esos mismos partidos que se le complican por sus distracciones. Con 25 tantos en 12 partidos, Boca es claramente el equipo más goleador del torneo, con tres de sus jugadores entre los primeros en la tabla de anotadores. Es por ello que siempre alguno entra en escena para zafar de situaciones difíciles. Ante Tiro Federal, el que apareció fue Daniel Bilos. Con el grandote ausente y Martín Palermo lesionado, ante Newell’s volvió a surgir Rodrigo Palacio, tras la avivada de Guillermo Barros Schelotto, para desnivelar un juego que Boca ya no dominaba. La capacidad de recambio le deja a Basile la posibilidad de optar por diferentes variantes, con jugadores que podrían ser titulares en cualquiera de los otros 19 equipos del torneo.
En la recta final del campeonato, ese mismo recambio será el arma fundamental que podrá aprovechar Basile, sobre todo si se lo compara con el material con el que cuentan los rivales. El lunes de la semana que viene, Boca jugará ante Banfield como visitante, tres días después recibirá al Inter en la revancha de los cuartos de final de la Copa Sudamericana y el domingo 13 jugará ante Colón. El miércoles posterior será visitante de Arsenal y luego, el fin de semana siguiente, se las verá en la Bombonera con Vélez, en un partido que parece clave para la definición del torneo. Y si pasa en la Sudamericana, el fixture hasta el final del certamen le prevé partidos todos los miércoles.