Con una sutileza de Insúa, picando al pelota sobre la salida de Sessa, y un cabezazo del mismo Insúa, como tiro de gracia, Boca ganó 2-0, recuperó la sonrisa y quedó como único escolta, a un punto de Gimnasia.
En situaciones de gol fue de 8 a 0.
En tiros al arco, de 20 a 3.
En dominio de la pelota, de 70 por ciento a 30 por ciento.
En todo, la diferencia en favor de Boca fue notable y por eso el 2 a 0 no dejó ningún margen para la discusión. El equipo de Alfio Basile plantó la bandera de su mejor juego en la mitad de la cancha y desde allí construyó la clara y merecida victoria que reabrió las puertas de la ilusión.
Gago –que dio lecciones de quite con recuperación de pelota y prolijidad en el toque– fue el más vistoso; Battaglia –que balanceó a todo el equipo con una ida y vuelta infernal y metió un pase excelente en el primer gol– fue el más útil; Insúa –que se anotó con dos golazos– fue el más efectivo, el que certificó en la red la diferencia en el juego. Ellos tres, primera referencia obligada del análisis de las actuaciones individuales, se llevaron los mayores aplausos, pero en la lista de reconocimientos los hinchas de Boca también anotaron a los demás, porque de Abbondanzieri a Palacio cada uno aportó lo suyo para sustentar la vocación ganadora que mostró el equipo desde el minuto inicial.
Frente a ese Boca dispuesto a lavar las dos últimas derrotas, Russo paró un equipo para ensuciar el juego en el medio y aguantar cerca de Sessa los casi seguros embates del rival. Mantener el cero en el primer tiempo, desgastando a Boca en una búsqueda inútil, podía dar buenos réditos en el segundo tiempo si se soltaban un poco, esperando el desequilibrio con la endiablada gambeta de Gracián o Mauro Zárate. Disciplina, marca férrea y un poco de leña componían una buena fórmula para frenar a Palermo y Cía. Pero a eso había que agregarle alguna dosis de juego cuando la pelota quedaba en su poder. No hubo nada de eso. Vélez mostró muchas de las virtudes que hicieron que sólo recibiera 10 goles en 15 partidos; pero ninguna que explique los 20 tantos que logró. Con Roli Zárate medio lesionado, con Mauro Zárate lejos del arco, con Gracián absorbido por Gago, no inquietaron a Abbondanzieri y extrañaron más que nunca a Castromán.
Una chilena de Palermo, un zurdazo cruzado de Insúa, un cabezazo de Palermo –a quien tenían tomado antirreglamentariamente en el área– que salvó milagrosamente el arquero y un veloz contraataque de Insúa y Palacio que desbarató Pellerano fueron los avisos que adelantaron el toque sutil de Insúa picando la pelota ante la salida del arquero, el 1 a 0 que puso las cosas en su lugar. Faltaba todavía media hora, pero el partido estaba liquidado. Quedó tiempo para la entrada de Ledesma, que jugó muy bien, las expulsiones de Bustamante y Palermo –una exageración de Pezzotta, sobre todo en el caso del de Boca– y el segundo gol: un exacto cabezazo de Insúa. En el final de fiesta, la luz de la esperanza de Boca se proyectó con fuerza sobre las sombras de Vélez.
BOCA-2
Abbondanzieri -6
Calvo -6
Schiavi -5
D. Díaz -6
Krupoviesa -5
Battaglia -8
Gago -8
Marino -5
Insúa -8
Palacio -7
Palermo -6
DT: Basile | VELEZ-0
Sessa -6
Ladino -5
Pellerano -5
Pellegrino -5
Bustamante -4
Cubero -5
Somoza -5
Bustos -4-
Gracián -4
M. Zárate- 5
R. Zárate -4
DT: Russo |
Estadio: Boca.
Arbitro: S. Pezzotta.
Goles: 58m y 86m Insúa (B).
Cambios: 56m Sena por Ladino (V); 60m Uglessich por Cubero (V); 63m Enría por R. Zárate (V); 68m Ledesma por Marino (B); 84m Barros Schelotto por Palacio (B); 89m Silvestre por Insúa (B).
Incidencias: 75m, expulsados Palermo (B) y Bustamante (V).