La discusión terminó muy rápido. A los 6 minutos, una ráfaga roja de gol y de fútbol puso dos goles arriba a Independiente y extinguió la seria oposición que, se suponía, iba a ejercer Olimpo. Después, aunque los bahienses conquistaron la pelota y hasta llegaron a generarles algunas complicaciones a Ustari y sus defensores, el partido nunca fue tal. Cada vez que Independiente aceleró a fondo, el talento de Agüero combinado con los piques de Bustos Montoya, el ida y vuelta de Pusineri, el despliegue en el medio de Biglia y Orteman, y la jerarquía de Cáceres, transformaron a Olimpo en una ínfima expresión futbolística.
Ante la expresividad del resultado, cuesta oponer críticas a la actuación de los rojos. Pero hay que decirlo: Independiente no jugó para amasar semejante diferencia. Eso sí: su poder ofensivo fue terrible. Y ésa, y no otra, es la explicación de semejante goleada y su principal carta de presentación, a la hora de cotizar sus acciones por el título. Pocos equipos son capaces de definir un partido en los primeros seis minutos de juego. Independiente lo hizo. A los 3 minutos, Pusineri le puso la cabeza a un centro de Domínguez desde la izquierda, y a los 6, a la salida de un tiro libre que ejecutó Agüero, Domínguez clavó un zurdazo junto al palo izquierdo de Roa, que, hasta ahí, había tocado la pelota sólo para ir a buscarla al fondo de su arco.
Si Independiente hubiera sostenido en el tiempo ese andar voraz e imparable, dinámico, pujante y vertical; si Pusineri hubiera convertido esa maravilla en la que tiró un sombrero en plena área con la derecha y, con la izquierda, sacó un remate que pegó en el palo derecho, recorrió la línea y salió; si Agüero hubiera seguido amagando, encarando y pasando como si tal cosa, la goleada hubiera decantado mucho antes. Pero el calor abrasador de la tarde, el conformismo y la necesidad de no malgastar las energías en un partido que ya estaba ganado, detuvieron un mecanismo insaciable. E Independiente pasó a sufrir. Hubo un rato largo en el que Olimpo se le vino encima. Le manejó la pelota, puso al desnudo con Solana y Costela inseguridades por el lado derecho de su defensa, y cerca estuvo de alcanzar un descuento que hubiera reimpulsado el partido.
Pero en la última jugada del primer tiempo, Agüero limpió en una baldosa a Martínez y a Garcé, Cristian Díaz lo barrió en el área a Bustos Montoya, Agüero convirtió el penal y, a partir de ese momento, lo demás fue lo de menos. Tres a cero arriba y con un hombre más (Leandro Benítez fue expulsado por insultar al juez de línea Claudio Rouco), Independiente hizo correr la pelota y se llamó a descanso, mientras los bahienses eran la viva imagen del desamparo. Cuando Bustos Montoya marcó el 4-0, Olimpo ya había entrado en el pasado, y Boca y el campeonato ocupaban el futuro, lo único que, a esta altura, le importa a la mitad de Avellaneda, que aún cree y espera.

INDEPENDIENTE-4 Ustari -7 L. Alvarez -7 Abraham -6 Cáceres -6 E.Domínguez -5 Pusineri -8 Orteman -6 Biglia -7 Armenteros -5 Agüero -8 B. Montoya -7 DT: Falcioni

OLIMPO-O Roa -5 J. Martínez -5 Garcé- 4 Paez -4 C. Díaz- 4 Solana -6 Wagner -4 R. Martínez -4 L. Benítez -4 Costela -5 Maggiolo- 4 DT: Cabruna

Estadio: Independiente. Arbitro: D. Giménez. Goles: 3m Pusineri (I), 6m E. Domínguez (I), 45m Agüero de penal (I) y 70 m Bustos Montoya (I). Cambios: 42m Asencio por R. Martínez (O), 46m Villavicencio por Garcé (O), 53m Fabro por Armenteros (I), 73m Pereyra por Bustos Montoya (I), 76m Blanco por Costela (O) y 80m Eluchans por Agüero (I). Incidencias: 56m expulsado L. Benítez (O)