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El partido se explica en un par de trazos. Mientras las musas de Agüero se plegaron al fin de semana largo, Pavone cumplió con creces su misión: marcó los dos primeros goles de Estudiantes y Biglia le hizo el penal que Calderón convirtió en el 3-0. Mientras los volantes de Independiente no pesaron nunca en el trámite, los de Estudiantes se hicieron sentir a cada paso, con la pelota y sin ella. Y mientras la defensa roja no dio garantías cada vez que el ataque de Estudiantes la embistió, el fondo de Estudiantes supo controlar a Agüero y mantener a Independiente lejos de Herrera.

No es novedad que Estudiantes funciona como un equipo sin brillo, solidario y corredor. Y que Independiente es un cúmulo de voluntades dispersas que, sólo cuando Agüero tiene sus luces encendidas, disimula todo cuanto le falta. Lo que llamó la atención ayer en Avellaneda fue que las diferencias quedaran tan expuestas. Y que Estudiantes ganara con tanta holgura en la cancha y en los números. El equipo de Falcioni nunca pudo inquietar al de Burruchaga.

Cuando el partido estaba igualado, Independiente se cansó de estrellarse contra las dos aguerridas líneas de cuatro que puso Estudiantes. Hubo un rato en el que pareció que Armenteros, con sus piques, podía abrir por la izquierda el denso agrupamiento defensivo estudiantil. Pero Braña, Cardozo y Huerta ajustaron marcas en el medio, Ortiz y Cáceres se hicieron fuertes atrás, y todo quedó bajo control. Agüero se movió por todos lados, subió, bajó, se volcó a los costados, pero por ninguna parte consiguió quebrar la marca zonal que le tendieron. Y terminó diluyéndose, más preocupado por su lucimiento individual que por el éxito colectivo.

En cambio, Estudiantes tuvo el orden y la practicidad como valores supremos. Esperó. Y cuando se asomó más allá de la mitad de la cancha, fue y resolvió todo. Sosa puso dos estocadas: en la primera, Calderón se le escapó a Méndez, tiró el centro atrás y Pavone anotó con el arco vacío. En la segunda, Angeleri no pudo rematar, pero le dejó la pelota servida a Pavone para que, a la carrera, hiciera el segundo y redondeara una semana inmejorable e inolvidable para su oficio de goleador.

Independiente bajó los brazos y se rindió ante las evidencias recién en el segundo tiempo. En el vestuario, Falcioni alteró sus planes: sacó a Eduardo Domínguez y a Fabro, puso a Abraham y a Bruno y armó un 3-4-1-2, con Lorgio Alvarez como volante por la derecha y Bruno como enganche. Y no conforme con la movida, antes de cumplirse la primera hora de partido, metió a Miranda por Bustos Montoya, procurando por el aire lo que no podía obtener a ras del piso. Pero el rumbo ya estaba perdido. Y a medida que el partido fue pasando, el equipo se quedó sin respuestas desde lo futbolístico y lo anímico, al mismo tiempo que Estudiantes conservaba su elevado nivel de esfuerzo y sacrificio. Y tocaba la pelota con una seguridad y precisión que hasta allí no había mostrado.

Cuando Calderón señaló el 3-0, hacía rato que la platea roja, desanimada ante la cuarta derrota como local en ocho partidos, aplaudía a Burruchaga, hostigaba a Falcioni y ovacionaba a Agüero. El Clausura se le ha convertido en una pesadilla a Independiente de la que no puede despertarse. Estudiantes hizo lo suyo con autoridad y solidez. El jueves había jugado por la Copa bajo un vendaval de viento, lluvia y emociones. Semejante esfuerzo no se notó en ningún momento. Y ése, quizá, sea el mejor reconocimiento que pueda hacérsele al compacto, esforzado equipo que dirige Jorge Burruchaga.

INDEPENDIENTE-0 Ustari -5 Alvarez -5 Méndez -4 F. Cáceres -5 Domínguez -4 Fabro -5 Herrón -5 Biglia -5 Armenteros-5 Agüero -5 B. Montoya -4 DT: Falcioni

ESTUDIANTES-3 Herrera -6 Angeleri -6 Ortiz -6 J. Cáceres -6 Núñez -6 Braña -6 Cardozo -7 Huerta -7 Sosa -6 Pavone -7 Calderón -7 DT: Burruchaga

Estadio: Independiente.
Goles: 28m y 35m Pavone (E), 74m Calderón de penal (E).
Cambios: 46m Abraham (5) por Domínguez (I) y Bruno (5) por Fabro (I), 55m Miranda por Bustos Montoya (I), 65m Galván por Sosa (E), 76m Lugüercio por Calderón (E) y 82m Fernández por Pavone (E).