Cuando Estudiantes se consagró campeón del Apertura, en varios planteles debe haber surgido el efecto contagio. “Si ellos pudieron con Boca y River, ¿por qué nosotros no?”, es el razonamiento que esperanza a todos los otros equipos. Ya sucedió tras la consagración de Newell’s en el Apertura 2004, cuando Vélez lo sucedió en el Clausura 2005. Y entre los conjuntos que tienen material para ilusionarse con pelearles a los grandes, Lanús es uno de los que se anota en primera fila. Un técnico sin demasiados misterios, un plantel joven que no se desarmó, que se conoce y que juegan juntos desde hace varios torneos, un único objetivo por delante y buenos antecedentes para sostener sus aspiraciones, se conjugan para que el conjunto de Ramón Cabrero parta, al menos, con chances de pelear por el Clausura.

En estos tiempos en los que ni siquiera Boca consigue un enganche capaz de generar fútbol y en los que el esquema casi mayoritario es el 4-4-2, muy pocos equipos pueden darse el lujo de presentar un mediocampo como el que tiene Cabrero a disposición. Con Agustín Pelletieri como volante de contención y Rodrigo Archubi como ladero algo más adelantado, y con Marcos Aguirre y Sebastián Leto por los costados, Lanús cuenta con una mitad de la cancha con mucha dinámica y con el manejo suficiente como para suplir la ausencia de un armador clásico. La única duda pasa por saber cómo responderá el zurdo Leto ante la circunstancia de ya estar vendido al Liverpool en casi cuatro millones de dólares. Pero si sigue con su crecimiento lógico, será uno de los jugadores a seguir.

La última línea también se conoce de memoria. Un arquero de mucha experiencia como Carlos Bossio y defensores que desde hace varios años juegan juntos le entregan una seguridad importante a la hora de mantener el cero en el arco propio. Incluso pudo disimular sin demasiados inconvenientes la partida de Leandro Gioda a Independiente. Además, tras varios meses lesionado, para este torneo podrá recuperar a Mauricio Romero, líder indiscutido en el fondo por rendimiento y por personalidad.

El punto más débil y que le quita algo de brillo a su candidatura al título surge en la ofensiva. Con la partida de Claudio Graf al fútbol turco y el retorno de Israel de Cristian Fabbiani, este delantero arrancará el Clausura conformando la dupla de ataque con Lautaro Acosta, el juvenil que le dio a Argentina la clasificación a los Juegos Olímpicos con su gol ante Uruguay. Santiago Biglieri queda como alternativa, aunque por características es bastante similar a Acosta. Lo cierto es que Fabbiani no otorga ninguna garantía. Primero, porque habrá que ver su actualidad futbolística, tras su paso por Israel. Y luego, su comportamiento siempre es una incógnita, con expulsiones infantiles que conspiran contra su continuidad en un equipo.

Para sustentar las aspiraciones del conjunto de Cabrero apenas alcanza con repasar los últimos dos certámenes, en los que casi con el mismo plantel salió subcampeón en el Clausura 2006. En aquel momento peleó hasta el último tramo del torneo con Boca, pero finalmente el equipo de Basile se adjudicó el título. En el torneo pasado, Lanús fue uno de los equipos de mejor rendimiento en condición de visitante, con seis triunfos, tres empates y apenas una caída en Jujuy ante Gimnasia. Y entre las victorias hay que contabilizar la que consiguió en la Bombonera, el día que Boca necesitaba un empate para lograr el título. Una clara muestra de que el planteo de Cabrero es lo suficientemente audaz fuera de casa como para que el equipo tenga aspiraciones reales de pelear arriba.

Y si no pudo repetir la campaña del Clausura 2006, mucho influyó su participación en la Copa Sudamericana, que lo obligó a jugar varios encuentros sin los habituales titulares. En un plantel corto, esa seguidilla se siente. Igualmente dejó una muy buena impresión al eliminar a Vélez superándolo en los dos encuentros y al Corinthians, con un empate en San Pablo y una victoria de local. Luego cayó ante el campeón Pachuca tras una noche olvidable con un 0-3 en casa, aunque de visitante estuvo cerca de concretar la hazaña de revertir el marcador.

Además, otro dato a tener en cuenta pasa por la experiencia que recogieron sus jugadores. Ahora, con un promedio de más de cincuenta partidos en Primera, varios de ellos dejaron de ser promesas y ya tienen suficientes vivencias como para soportar la presión de pelear por un campeonato. El otro punto a favor es que sólo se focalizará en el Clausura, mientras que varios de los otros candidatos deberán atender dos frentes. Por eso, si arranca bien –debe visitar a River en el Monumental y luego tiene el clásico ante Banfield– y se anima, Lanús puede ser un gran participante del Clausura. Y, por qué no, pelearlo hasta el final.

Chances

7/10